Finlandia negocia una solución "satisfactoria para todos" al rescate griego

El gobierno finlandés está negociando con sus socios de la eurozona una solución que sea aceptable para todas las partes a la crisis causada por la exigencia de Helsinki de recibir avales a cambio de su participación en el segundo rescate griego.

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Bandera de Finlandia.

La decisión del país nórdico de pactar bilateralmente con Grecia unas garantías especiales a cambio de participar en el rescate heleno ha desatado fuertes críticas en varios socios de la eurozona, como Alemania, mientras que otros, como Holanda, Austria o Eslovaquia, exigen recibir el mismo trato.

La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen, aseguró hoy que su gobierno mantiene conversaciones a varios niveles con todos los países de la zona euro para discutir distintas alternativas que sean "satisfactorias para todos", dado el creciente rechazo que las demandas finlandesas están provocando en la Unión Europea (UE).

Sin embargo, Urpilainen insistió en que el punto de partida de Finlandia en esas conversaciones sigue siendo la obtención de algún tipo de garantías colaterales a cambio de aportar 1,400 millones de euros -algo menos del 2 por ciento del total- al plan de asistencia financiera a Grecia.

"Finlandia participará en el segundo rescate griego sólo si logramos garantías para el préstamo. Nuestra posición es muy consecuente, la misma que explicamos a todos los países de la eurozona con suficiente antelación", afirmó Urpilainen a la prensa local.

La presidenta del comité de Asuntos Europeos del Parlamento finlandés, Miapetra Kumpula-Natri, fue aún más allá y aseguró que los líderes de la eurozona dieron su visto bueno a un acuerdo bilateral entre Helsinki y Atenas el pasado 21 de junio.

Urpilainen y su homólogo griego, Evangelos Venizelos, alcanzaron la semana pasada un acuerdo bilateral en virtud del cual Atenas hará un depósito en efectivo de entre el 20 y el 40 por ciento de las garantías de préstamo que aportará Finlandia en el rescate.

Kumpula-Natri recordó que este pacto fue propuesto por Grecia, no por Finlandia, y señaló que el país nórdico está dispuesto a modificar los términos del acuerdo para lograr la aceptación de sus socios europeos "siempre que las garantías sean suficientes".

El Ejecutivo finlandés, formado por seis partidos de distintas tendencias políticas, respalda de forma unánime las demandas del primer ministro, el conservador Jyrki Katainen, de garantizar de algún modo la devolución del préstamo.

"El gobierno finlandés tiene una postura muy uniforme sobre este asunto. Esa postura está incluso recogida por escrito en el programa de gobierno, y es la que vamos a mantener", reiteró la ministra de Finanzas y líder del Partido Socialdemócrata.

En la misma línea se expresó el titular de Cultura y líder de la Alianza de Izquierdas, Paavo Arhinmäki, quien aseguró a la televisión pública YLE que no van a ceder en sus exigencias.

"Si no logramos las garantías, la única opción es quedarnos fuera del programa de asistencia griego", afirmó.

La política exterior de Finlandia, tradicionalmente proeuropea, empezó a cambiar hace unos meses a raíz del fuerte avance del partido ultranacionalista Verdaderos Finlandeses en las elecciones de abril, gracias en parte a su firme oposición a los rescates financieros de los países más endeudados.

Aunque el partido populista quedó finalmente fuera de la coalición de gobierno, su antieuropeísmo contagió a los socialdemócratas y a la Alianza de Izquierdas, que exigieron a sus socios en el Ejecutivo demandar garantías a cambio de dar su visto bueno a nuevos programas de asistencia.

La primera "víctima" de este cambio de postura fue Portugal, cuyo plan de rescate financiero, de 78,000 millones de euros, no fue aprobado hasta que Finlandia logró que se incluyera en el acuerdo el compromiso de Lisboa de garantizar la devolución de los préstamos mediante la venta de propiedades públicas, si fuera necesario.