En los nueve primeros meses del año, Lockheed Martin, obtuvo un beneficio neto de 5,041 millones de dólares, un 6.5 % más que en 2019, con unas ventas que crecieron un 10 % hasta los 48,366 millones de dólares, en parte por el cierre de contratos del caza de última generación F-35.
En el período julio-septiembre las ventas de la división de aeronáutica fueron de 6,608 millones de dólares, lo que supone un aumento interanual del 8 % y atribuible a unas ventas de 325 millones de dólares en el programa del F-35, mientras que se registró una reducción en el programa del F-16, un caza con más años de producción.
El mayor contratista de defensa del Pentágono espera un aumento de los ingresos por ventas del 3 % el año próximo, aunque persiste la incertidumbre sobre cómo la crisis económica derivada de la pandemia de la covid-19 afectará al gasto mundial de defensa.
La compañía espera una ventas en 2021 que ronden los 67,000 millones de dólares con una lista de contratos y pedidos por un valor récord de 150,000 millones de dólares.
Los analistas esperan que el presupuesto de defensa estadounidense no crezca por encima del 10% en los próximos años debido al impacto de la covid-19 en las cuentas públicas.
Contratistas de defensa, como Lockheed Martin, han quedado eximidos de cierres o medidas de contracción de la actividad relacionadas con la pandemia, mientras que el Pentágono ha acelerado los pagos a la cadena de suministros militares.