"No frenaremos la lucha contra el terrorismo hasta que se haya restablecido la seguridad en cada esquina de Siria", dijo durante la ceremonia de asunción del cargo celebrada en el palacio Tishreen, la residencia presidencial en Damasco.
"La determinación de ustedes ha anunciado oficialmente la muerte de la llamada Primavera Árabe", dijo dirigiéndose a los asistentes y en referncia a los levantamientos populares que derrocaron líderes en Túnez, Egipto, Libia y Yemen. Los rebeldes "utilizan todos los medios sucios, pero fracasaron gracias a la determinación mostrada por ustedes", señaló en su discurso transmitido por la televisión del país.
Al Assad advirtió que los países que respaldan el "terrorismo", en referencia al levantamiento contra su régimen, pagarán un "alto precio" por ello.
Al Assad juró el cargo en presencia de los diputados del país, funcionarios de alto rango y de familiares de sirios partidarios del régimen que cayeron en la guerra civil que azota el país desde marzo de 2011. Los asistentes celebraron su toma de posesión con fuertes gritos.
El presidente prometió que en sus siete años de gobierno "continuará combatiendo el terrorismo, la corrupción y trabajando en la reconstrucción de Siria".
Al Assad, que dirige el país desde 2000, fue reelegido para un tercer mandato en los comicios presidenciales celebrados a comienzos de junio con un 88.7 por ciento de los votos.
Sin embargo, la Unión Europea consideró esos comicios no democráticos, pues sólo se realizaron en la región controlada por el Ejército sirio. La oposición calificó la votación una farsa y exigió su dimisión.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, desde que se proclamara la victoria de Al Assad el 4 de junio, unos 743 civiles, entre ellos 197 niños, perdieron la vida en ataques aéreos del régimen. En total, el Observatorio documentó más de 171.000 muertos en el conflicto. (DPA)