López Obrador no reconoce fallo del tribunal y llama a desobediencia civil

El líder de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, anunció hoy que no acepta el resultado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que declaró válidas las elecciones presidenciales del 1 de julio y llamó a la desobediencia civil "por la vía pacífica".

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El líder de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador ofrece un mensaje a los medios donde anunció hoy, viernes 31 de agosto de 2012, que no acepta el resultado del Tribunal Electoral.

En un mensaje a los medios, el candidato presidencial de la coalición de izquierda Movimiento Progresista en los comicios del 1 de julio aseguró que no reconocerá "el poder ilegítimo surgido de la compra del voto y otras violaciones graves a la Constitución".

"Las elecciones no fueron limpias, ni libres, ni auténticas", afirmó López Obrador, quien convocó a una manifestación para el próximo 9 de septiembre en el Zócalo de la capital mexicana para definir los pasos a seguir en su defensa de los "derechos individuales y sociales de los ciudadanos".

Dijo que aceptar el fallo que ayer emitió el TEPJF, al desestimar su demanda de invalidar los comicios, "implicaría traicionar a millones de mexicanas que luchan contra la simulación, la farsa, y (están) a favor de un cambio verdadero".

Aunque "debemos respetar a las instituciones", dijo, en buena medida el problema de México radica en que "están secuestradas por la delincuencia de cuello blanco".

"Un Estado que no procura la justicia ni la democracia no es más que un instrumento de poder al servicio de un grupo de intereses creados", aseguró el político, que en 2006 también desconoció los resultados de la elección presidencial que dieron el triunfo por un estrecho margen al conservador Felipe Calderón.

Durante cinco meses de 2006, López Obrador mantuvo una protesta que generó inestabilidad política, desquició a los habitantes de la capital, intentó impedir la toma de posesión de Calderón y se designó "Presidente legítimo", "cargo" que ostentó hasta finales de 2011.

En el mensaje de hoy, en el que no aceptó preguntas de los periodistas, arremetió contra los "sostenedores de este Estado mafioso, traficantes de influencia, políticos corruptos" y los dueños de los "llamados medios de comunicación" que defienden el "régimen de corrupción".

Insistió en que no aceptará el fraude electoral y ni entrará en "el juego de las negociaciones políticas" que ahora solo pueden significar "arreglos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación".

"No daremos ninguna tregua, ni concederemos la más mínima ventaja", a pesar de que "nos sigan atacando, acusándonos de malos perdedores, de locos mesiánicos, necios y enfermos de poder", aseveró López Obrador.

El dirigente de la izquierda dijo preferir "esos insultos a convalidar o formar parte de un régimen injusto corrupto y de complicidades que esta destruyendo a México".

Tras considerar honrosa "la desobediencia civil", aclaró que seguirá "actuando con responsabilidad y por la vía pacífica sin dar motivos para que los violentos nos acusen de violentos".

Según el escrutinio oficial tras las elecciones del 1 de julio, Peña Nieto obtuvo 38.21 por ciento de los votos seguido por López Obrador, quien logró el 31.59 por ciento de los sufragios.

El Tribunal Electoral convocó hoy a una sesión pública en la que dará a conocer el cómputo final de los comicios presidenciales, emitirá su declaración de validez de la elección y nombrará mandatario electo a Peña Nieto.