ACNUR indicó que los gobiernos y comunidades anfitrionas continúan afrontando la pesada carga política, económica, social y de seguridad del conflicto en Siria, que ya lleva más de cinco años.
Las instituciones públicas se encuentran bajo una extrema presión para prestar servicios básicos a un número cada vez mayor de personas vulnerables, poniendo a prueba los límites de la infraestructura existente, señaló la Agencia.
Según el informe, la generosa contribución de los donantes ha permitido muchos avances como entregas de dinero en efectivo a más 100.000 familias y comida a una cantidad superior a 2 millones de personas.
A pesar de estos avances, el informe advierte de la creciente pobreza. Cita como ejemplo la deuda promedio de los hogares de refugiados en Líbano que ha aumentado en un 70% en el primer trimestre de este año en comparación con un 50% en el mismo periodo en 2014.
Advierte que se necesitan más fondos para mitigar un mayor empobrecimiento de esos refugiados y de las comunidades de acogida.