Según ha informado AIMPLAS en un comunicado, este material, todavía en fase de desarrollo, permitiría mejorar la seguridad y abaratar costes a las compañías aéreas.
"La aparición de hielo en los aviones afecta a la seguridad de los viajeros y provoca retrasos en los vuelos, con considerables pérdidas económicas", según el investigador principal del proyecto, Amador García, galardonado con uno de los Premios Plástico+Innovación 2010 por esta iniciativa.
El material antiadherente que investiga el instituto tecnológico es altamente resistente a la abrasión y no permite que la nieve y el hielo queden adheridos a la superficie de los aviones, lo que permitiría prescindir también de los sistemas antihielo y aligerar así el peso del avión.
La formación de hielo en los aviones provoca cambios en sus características aerodinámicas, como el aumento de la resistencia, la disminución del coeficiente de sustentación máxima y la reducción de la potencia o empuje disponible.
Todo ello puede causar un aumento de la vibración del avión, lo que incrementa el riesgo de accidente por la menor sustentación del avión, ha explicado García.
Para combatir este fenómeno, se instalan sistemas de recirculación de aire caliente en los bordes de las alas y el estabilizador de cola o sistemas neumáticos que provocan la rotura del material y permiten mantener el hielo en una cantidad mínima.
"Estas técnicas solucionan el problema, pero tienen efectos indirectos no deseados, como el aumento considerable del peso del avión, lo que provoca un aumento del consumo de combustible y un mayor coste por vuelo, además de la consiguiente emisión de dióxido de carbono a la atmósfera", asegura el investigador.
Según García, el nuevo material que AIMPLAS está desarrollando en sus laboratorios "evita todos estos problemas al ser ligero".