El comunicado remitido por el JCS no especificó inicialmente la cifra exacta de B-1, aunque en imágenes de las maniobras enviadas a los medios se aprecian dos bombarderos.
En todo caso con esta acción los aliados buscan dar una réplica rotunda a Pionyang, ya que muchas veces Washington suele desplegar solo un bombardero de este tipo en la península cuando pretende lanzar una advertencia al régimen de Kim Jong-un.
En 2017, en plena escalada de tensión entre Corea del Norte y expresidente de EE.UU. Donald Trump, el Pentágono envió dos aviones, al igual que sucedió a principios del pasado noviembre después de que Pionyang disparara más de 30 misiles en tres días.
Corea del Norte lanzó en la víspera un misil balístico intercontinental (ICBM) Hwasong-15, el segundo con mayor alcance potencial de su arsenal.
El proyectil recorrió más de 900 kilómetros y alcanzó un apogeo de más de 5.000 antes de caer en aguas de la Zona Económica Especial (ZEE) de Japón, al oeste de la isla de Hokkaido.
En las maniobras de hoy participaron cazas F-35 y F-15 surcoreanos y F-16 estadounidenses, según precisó el JCS.
Las aeronaves, unas 10 en total, sobrevolaron el mar Amarillo y el mar de Japón (llamados, respectivamente, mar del Oeste y mar del Este en las dos Coreas) y también territorio meridional surcoreano.
"En esta ocasión las maniobras han demostrado la preparación y las capacidades de defensa combinadas de la República de Corea (nombre oficial del Sur) y EE.UU. al exhibir la abrumadora fuerza de la alianza mediante el oportuno e inmediato despliegue de los activos de disuasión de los EE.UU. en la península coreana", añade el texto.
"También confirmó el compromiso inquebrantable de EE.UU. y los compromisos de disuasión ampliada", concluye.
La disuasión ampliada o extendida es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península coreana de "manera coordinada y cuando sea necesario" en función de las acciones del régimen norteño.
Las repetidas pruebas de armas norcoreanas, incluidas aquellas de tipo táctico que pueden golpear objetivos en Corea del Sur, y las dudas sobre si Washington defendería de inmediato a su socio en caso de ataque han avivado el debate sobre la necesidad de que Seúl despliegue o desarrolle sus propias armas nucleares con carácter disuasor, con muchos surcoreanos apoyando esa opción en las encuestas.