“El crimen organizado casi se apoderó del estado de Río de Janeiro. Es una metástasis que se expande por el país y amenaza la tranquilidad de nuestro pueblo”, dijo Temer este viernes en el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia, en una ceremonia solemne para anunciar que el Ejército liderará la lucha.
El decreto de intervención, previsto por la Constitución, supone que las Fuerzas Armadas serán desplegadas en el estado y pasarán a comandar a las policías militar y civil, incapaces de contener el repunte de la violencia que sufre Río de Janeiro después de los Juegos Olímpicos de 2016.
El decreto debe ser ahora aprobado por la Cámara Baja y Alta del Parlamento, y se prevé que la semana próxima reciba el respaldo del Legislativo y comience una medida que según Temer será “extrema”.
“El Gobierno dará respuestas duras, firmes, y adoptará todas las providencias para enfrentar y derrotar al crimen organizado y las cuadrillas”, señaló el mandatario, acompañado por la plana mayor de su Ejecutivo, del presidente de la Cámara Baja y del gobernador de Río.
“Basta. No vamos a aceptar que maten nuestro presente ni continúen asesinando nuestro futuro”, explicó, días después que concluyó un carnaval marcado por los asaltos, la violencia, los robos, incluso la muerte de tres policías a manos de criminales en la ciudad más turística del país.
“Comenzamos una batalla que nuestro único camino solo puede ser el éxito”, agregó.
El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, dijo que el estado es incapaz de frenar por sí solo una cruda guerra entre grupos criminales y narcotraficantes que se han hecho fuertes en varias áreas del estado (incluso en los turísticos balnearios de Paraty y Angra dos Reis, además de la capital).
“Río tiene prisa y urgencia”, señaló el gobernador y explicó que solo el sábado fueron decomisadas 11 mil municiones por parte de la policía en Paraty y Angra dos Reis, al sur del estado y una de las regiones más importantes de turismo de playa.
El despliegue de militares en Río ya se produjo puntualmente durante eventos como los Juegos Olímpicos de 2016 o la visita del Papa Francisco en 2013, pero es la primera vez que el despliegue se produce por cuestiones de seguridad y un largo plazo, ya que el Ejército estará desplegado en el estado hasta fines de año.
El estado de Río de Janeiro y su capital homónima viven desde finales de 2016 un recrudecimiento de la violencia, y en las últimas semanas la situación empeoró con tiroteos entre criminales y policías que no cesan de causar víctimas civiles inocentes y cerrar vías expresas.
En 2017 hubo 138 policías muertos en el estado y más de 500 personas fallecieron por disparos de la policía, mientras los asaltos, robos violentos y homicidios crecen a ritmos cercanos a los dos dígitos, según datos oficiales.
Se ha convertido en habitual el cierre de vías rápidas e incluso la ruta al aeropuerto internacional de Río por los asaltos en masa de grupos criminales que, con armamento pesado como fusiles de asalto de uso militar, siembran el pánico a cualquier hora del día entre la población.