El gobierno sudafricano pide la suspensión del ultimátum en la mina de Marikana

El ministro sudafricano de la Presidencia, Collins Chabane, reclamó hoy a la empresa Lonmin, propietaria de la mina donde han muerto 44 personas durante cerca de dos semanas de huelga, que suspenda el ultimátum que obliga a los mineros a volver al trabajo o afrontar el despido.

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El presidente sudafricano, Jacob Zuma (i), junto al vicesecretario general del Congreso Nacional Africano (CNA), Thandi Modise, durante una rueda de prensa el pasado viernes.

"Esperamos que entiendan la gravedad de la situación" en la mina de Marikana, a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, declaró el ministro a la radio pública SAFM.

"Esperamos que consideren la suspensión del ultimátum, y creemos que aceptarán la propuesta. "Todo el mundo está preocupado por la situación", subrayó Chabane, quien aseguró que la posibilidad de enfrentamientos entre piquetes y mineros es un temor real.

Un total de 44 personas han perdido la vida en enfrentamientos con la Policía y entre los propios mineros, en una huelga que llega hoy a su undécimo día.

Un portavoz de Lonmin aseguró que los trabajadores que no acudan hoy a trabajar no serán despedidos, pero afirmó que el llamamiento a la reincorporación es necesario para restituir la normalidad en la mina.

A falta de cifras oficiales de asistencia, la actividad en la mina era esta mañana reducida.

Señaló que un empleado acudió hoy a su puesto de trabajo, bajo condición de anonimato, que "poca gente ha venido hoy trabajar".

Está previsto que los líderes de la comunidad de Marikana presenten hoy cargos en la comisaría de la localidad contra los policías que el jueves mataron a tiros a 34 mineros.

La compañía accedió ayer a extender hasta las 06:00 horas de hoy el ultimátum dado a los mineros para volver al trabajo o afrontar el despido, debido a las "circunstancias actuales", en referencia a la tensión que se vive en los alrededores de la mina.

El nuevo ultimátum amenaza con empeorar, aún más, la situación en la mina de Marikana y con agravar los conflictos entre los propios trabajadores, atrapados entre el riesgo de enfrentarse a los piquetes o perder su empleo.

Los incidentes han llevado al gobierno de Sudáfrica a decretar una semana de duelo nacional.