EU pone en alerta a sus embajadas por miedo a represalias

La muerte del líder terrorista Osama Bin Laden en un operativo militar en Pakistán ha provocado una ola de euforia y celebración en Estados Unidos, pero también ha incrementado el temor a las represalias, especialmente fuera del país.

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Hillary Clinton.

El departamento de Estado puso hoy en alerta a todas sus embajadas y misiones diplomáticas ante el temor de que se produzcan ataques violentos y ha recomendado a sus ciudadanos en el exterior que extremen las precauciones.

"Dada la incertidumbre y la volatilidad de la situación actual, recomendamos fuertemente a los ciudadanos que están en áreas donde pueden producirse conatos violentos en contra de Estados Unidos que no salgan de sus casas y hoteles, y eviten reuniones públicas y manifestaciones", señala la alerta de viaje emitida este lunes.

A nivel interno, sin embargo, no se ha elevado el nivel de alerta, indicó hoy la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

No obstante, las autoridades han decidido incrementar las dotaciones policiales y la vigilancia en infraestructuras claves, como los puertos y aeropuertos que dan servicio a Nueva York, así como en la red de metro de la Gran Manzana y de la capital estadounidense.

Otras grandes ciudades, como Filadelfia y Los Ángeles, también están extremando la vigilancia, aunque no existe una amenaza concreta, según las autoridades.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, recordó hoy en una comparecencia el triunfo histórico que supone la muerte de Bin Laden para el combate contra el terrorismo, pero aseguró que el combate continua.

"Esto es un hito en la lucha contra el terrorismo pero la batalla contra Al Qaeda continúa y no termina con la muerte de Bin Laden", señaló Clinton.

La secretaria de Estado atribuyó en parte el éxito de la operación militar que culminó con la muerte del líder terrorista a las alianzas que mantiene con los países afectados, y especialmente con Pakistán.

Hillary Clinton quiso destacar además que la muerte del líder terrorista se ha producido en un momento "de importantes movimientos de libertad y democracia" en los países del norte de África y de Oriente Medio.

Estos países "rechazan el extremismo y construyen un cambio hacia el progreso pacífico, basado en sus aspiraciones y en los derechos universales. No hay mejor manera que vencer a su ideología atroz", dijo Clinton.

La muerte del terrorista más buscado del mundo, casi diez años después de los atentados del 11 de septiembre, ha generado una sensación de alivio entre los altos funcionarios del gobierno y también de júbilo en la población, que ya de madrugada salió a la calle para dar muestras de su euforia.

Las celebraciones continuaban hoy en las grandes ciudades, pero especialmente en Nueva York y Washington, que sufrieron directamente los atentados del 2001.

Hoy podían verse automóviles que portaban banderas estadounidenses ondeando al viento en muchos puntos del país y, en la "zona cero" de Manhattan, donde se levantaban las Torres Gemelas, se disipó por unas horas el ambiente solemne que rodea el lugar para sumarse a las celebraciones por el fin de Osama Bin Laden.

Los neoyorquinos también se concentraron en Times Square, precisamente el objetivo de uno de los últimos intentos de atentado de Al Qaeda, hace un año, mientras que en Washington los lugares preferidos para las demostraciones de júbilo fueron la Casa Blanca y el Pentágono.

Con grandes banderas de Estados Unidos o simplemente haciendo sonar el claxon de sus automóviles, muchos estadounidenses han pasado la noche en vela celebrando el gran golpe contra el terrorismo internacional.

Y es que como indicó en Nueva York Diane Massaroli, quien perdió a su marido el 11-S y no recuperó su cuerpo, el de hoy es "un momento agridulce".

"No hemos podido celebrar nunca nada desde que los ataques sucedieron. Hoy es un día triste, pero también es una celebración", subrayó.