Los lesionados, aturdidos y llenos de golpes y de cortes, fueron trasladados a centros hospitalarios cercanos, según informaciones de diarios locales.
De acuerdo con las declaraciones del jefe de la policía de Bali, Sugeng Sudarso, una mujer murió a causa de las heridas poco después de la explosión y otra falleció posteriormente en el hospital.
La detonación se produjo cinco minutos después de que el barco zarpó, informó el funcionario, quien aseguró que un equipo para desactivar minas se trasladó al lugar para investigar la causa exacta de la explosión.
Sudarso puntualizó que la embarcación, con un motor fuera de borda, transportaba a una treintena de pasajeros, cuatro miembros de la tripulación y el resto extranjeros, entre ellos 17 británicos además de italianos, austríacos, portugueses, irlandeses y españoles.
Y aunque la teoría de un ataque terrorista ya fue desechada, según la prensa esa fue la primera sospecha, pues no sería la primera vez que la isla paradisíaca sufre una acción criminal de esa índole.
En 2002 extremistas islámicos causaron la muerte de 202 personas en uno de los mayores crímenes registrados en la historia de Indonesia.
Pese a que en el transporte de pasajeros suele sufrir accidentes mortales, son escasos los incidentes en los barcos que llevan a los turistas, una importante fuente de ingresos para el país, que recibe millones de visitantes cada año.
En junio del pasado año 25 turistas resultaron heridos en dos pequeñas explosiones accidentales en un ferri que unía las islas de Bali y Lombok, con 129 pasajeros a bordo.
La transportación por barco es muy común para conectar las 17 mil islas e islotes de Indonesia, donde, de acuerdo con reportes oficiales, numerosas personas fallecen cada año en naufragios causados por temporales, infraestructuras precarias y el incumplimiento de las medidas de seguridad, como la sobrecarga de pasajeros y mercancías.