Los familiares encendieron velas y se disponen, portando banderas chilenas, a esperar toda la madrugada, el momento en que la perforadora rompa los últimos 80 metros que quedaban, según versiones oficiales, para abrir el ducto por donde serán rescatados los mineros.
El momento en que se produzca la ruptura será anunciado con sirenas y bocinazos, que con toda seguridad resonarán en todo el país que aguarda expectante ese momento.
Una vez que se produzca la ruptura total del ducto, este será revisado con una cámara de televisión, para determinar si es necesario el proceso de “encamisamiento” del mismo, procedimiento para asegurar la salida de los mineros por medio de la cápsula “Fénix”.
De acuerdo al ingeniero encargado del operativo de rescate, André Sougarret, si el encamisamiento es necesario, el proceso se prolongaría ocho días más del momento en que se inicie la colocación de los tubos de aseguramiento del ducto.
De lo contrario, si los técnicos y las autoridades deciden no encamizar el pozo, se iniciaría de inmediato el operativo final de rescate, disponiéndose la salida de los 33 mineros, lo que adelantaría el día “D”, y este se produciría entre dos a tres días, a partir de la toma de decisión.