Los azotes son considerados un hecho violento y un "acto de humillación", concluye la sentencia.
A diferencia de otros países europeos, en Francia se permite el castigo corporal a niños en el ámbito del hogar, pero no los actos de violencia. Se trata de un tema que se debate en Francia desde hace años.
Una campaña de protección al menor exige actualmente que se prohíba el "fessée", el azote en el trasero, y se considere un acto de violencia menor.
La eurocámara aboga desde 2010 por imponer una prohibición en todos los países del bloque de que se utilice la violencia física para castigar.