Delgado explicó que la causa se inició porque las autoridades dejaron pasar mucho tiempo antes de acelerar la búsqueda, además de que resaltó la trascendencia de un caso que implica la desaparición de una persona en una democracia.
"Según los denunciantes, puede haber una serie de hechos que ubicarían a las fuerzas de seguridad federales en el papel de encubridores y nosotros tenemos que determinar si eso es verdad o mentira", dijo Delgado.
Maldonado, de 28 años, fue visto por última vez el pasado 1 de agosto durante una represión policial del cuerpo de Gendarmería a una comunidad indígena mapuche en la Patagonia.
Desde entonces, la familia del joven y los organismos de derechos humanos comenzaron movilizaciones para denunciar la desaparición y exigir respuestas por parte del gobierno.
El pasado viernes, decenas de miles de personas marcharon en Buenos Aires y en las principales ciudades del país para repetir una pregunta que ya tiene trascendencia internacional: “¿dónde está Santiago Maldonado?”.
Macri mantuvo silencio sobre el caso durante 34 días, hasta que el lunes pasado manifestó su “preocupación” y pidió “prudencia”, a pesar de que las fuentes oficiales son las que han filtrado a la prensa múltiples pistas falsas para entorpecer la investigación.
En lugar de centrarse en la desaparición de Maldonado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desvió la atención pública hacia una supuesta violencia mapuche, dijo que los familiares del joven no colaboraban en su búsqueda y defendió a la Gendarmería al asegurar que no tenía responsabilidad alguna.
Por eso es que la semana pasada una organización de derechos humanos denunció por encubrimiento a Macri, los ministros de Seguridad y Justicia, Patricia Bullrich y Germán Garavano, y a los jefes de la Gendarmería Nacional.
Este jueves, ya con la investigación en curso, el fiscal Delgado dijo que la desaparición de Maldonado refleja un “contexto de pobreza institucional que asusta, es la incapacidad del Estado de resolver conflictos, eso genera violencia política”.
Lamentó, además, que la dirigencia política también tenga una especie de mensaje violento, ya que “eso preocupa bastante porque es como una gran mancha que se extiende a casi todos los casos penales".
