"Pronto observaremos que las bases estadounidenses en la región sufrirán la misma suerte que sus bases en Afganistán", dijo el subcomandante de coordinación de la Guardia Revolucionaria, Mohamadreza Naqdi, aludiendo a otros países vecinos con presencia militar estadounidense, como Irak.
En su opinión, "la derrota y retirada de EEUU de Afganistán no necesita un análisis complicado, ya que el Imperio Británico y la Unión Soviética también fueron derrotados en Afganistán", marcando el comienzo del colapso de esas dos potencias.
"Una comprensión correcta de la situación en Afganistán lleva a todas las naciones a la conclusión de que la resistencia contra las grandes potencias resultará en la victoria frente a los ocupantes", afirmó el general de brigada, citado por la agencia semioficial Tasnim.
La caída de Afganistán en manos de los talibanes ocurrió en cuestión de semanas, después de que en mayo las fuerzas de EEUU y de la OTAN comenzaran la fase final de la retirada, entregando todas sus bases militares a los afganos.
Irán, que en el pasado tuvo una relación muy conflictiva con los talibanes, se ha mostrado ahora pragmático y solo ha pedido a los insurgentes afganos que alcancen "un acuerdo nacional" con el resto de grupos políticos.
El presidente iraní, Ebrahim Raisí, subrayó el pasado lunes que su país "hará esfuerzos a favor de la estabilidad" de Afganistán y que "la derrota militar y la retirada de EEUU deben convertirse en una oportunidad para restaurar la seguridad y la paz".
Como países vecinos que son, a la República Islámica le interesa un Afganistán estable, que controle a los grupos yihadistas contrarios a Teherán y con el que poder mantener lazos comerciales.
De hecho, Irán ha mantenido reuniones en los últimos años con el movimiento talibán y acogió recientemente reuniones entre representantes de los insurgentes y del Gobierno afgano.
Junto a Rusia, China y Pakistán, Irán no ha cerrado su embajada en Kabul ni su consulado en Herat, aunque el personal de otras tres delegaciones diplomáticas sí ha sido trasladado a la capital afgana.
Irán también se prepara para la eventual llegada de refugiados afganos y ha instalado alojamiento de emergencia y temporal en tres provincias fronterizas, aunque hasta ahora, según las autoridades persas, no ha habido una afluencia inusual.
