Mientras los jefes de la diplomacia de Reino Unido, Francia y Alemania se marcharon el domingo de la capital austriaca, Kerry se quedó para trabajar en el acuerdo para obligar a Irán a realizar recortes en su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Pese a que las negociaciones con Irán implican a seis países (los cinco con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania), las conversaciones directas entre Estados Unidos e Irán se consideran clave para alcanzar un acuerdo definitivo antes del 20 de julio, según una fecha límite que se pusieron las partes.
"Uno de los objetivos de Kerry al venir a Viena era tener debates en profundidad con el ministro de Exteriores Zarif para calibrar la voluntad de Irán a la hora de hacer las elecciones críticas que ha de hacer", informó un funcionario del Departamento de Estado de alto rango. "Será una conversación bastante seria y quizá larga".
Las conversaciones se centran en cuestiones como la cantidad de uranio que Irán puede enriquecer o el grado de enriquecimiento para acabar con las preocupaciones de la comunidad internacional de que podría ser usado para fabricar cabezas nucleares.
Antes del encuentro a Kerry le preguntaron si hubo progresos y respondió con un escueto "¡No!". (DPA)