Kim Jong-un exhibe cercanía con el ministro de Defensa ruso y delegado de Pekín

El líder norcoreano, Kim Jong-un, exhibió su cercanía con las comitivas enviadas a Pionyang por China y Rusia para el aniversario del final de la Guerra de Corea, y llevó a una exposición de armamento al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, mientras persisten las sospechas de que Pionyang suministra munición a Moscú.

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El líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un (izq) y el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, se dan la mano durante una reunión en Pionyang, Corea del Norte. EFE/EPA/KCNA

Las dos delegaciones, que fueron agasajadas el miércoles con sendos banquetes de bienvenida, han sido invitadas a presenciar los actos en conmemoración de los 70 años del final del conflicto (1950-53), incluido un recital musical que se celebró la pasada medianoche en la capital norcoreana, recogido hoy por los medios de Pionyang.

En ese evento Kim, Shoigú y Li Hongzhong, miembro del Politburó chino que encabeza la comitiva de Pekín, se sentaron juntos y quedaron flanqueados por otros miembros del Presidium norcoreano como Choe Ryong-hae, Ri Pyong-chol, Kim Tok-hun o Jo Yong-won para presenciar la actuación de agrupaciones musicales que cantaron himnos patrióticos norcoreanos y canciones chinas y rusas, informó la agencia estatal KCNA.

Las imágenes del evento dan cuenta de la sintonía que buscan transmitir Corea del Norte, China y Rusia, en un momento marcado por la guerra en Ucrania, la creciente polarización entre democracias y autarquías o la negativa del régimen de Kim Jong-un a entablar diálogo con el Sur o EE.UU. y poner freno a su desarrollo de armas de destrucción masiva.

KIM Y SHOIGÚ EN UNA EXPOSICIÓN DE ARMAS

Kim y Shoigú buscaron escenificar también un vínculo en lo militar al mantener un encuentro bilateral en el que intercambiaron "evaluaciones sobre temas de interés mutuo en los terrenos de la seguridad y la defensa nacional y el entorno de seguridad regional e internacional", además de visitar el miércoles una exposición de armamento norcoreano.

El gesto no es solo una muestra de apoyo tácito hacia los programas de desarrollo militar norcoreanos por parte de Moscú, que al igual que Pekín ha ejercido su derecho de veto desde el año pasado para no aprobar nuevas sanciones en la ONU contra Pionyang por sus test de misiles.

En un momento en el que Occidente sigue acusando al régimen asiático de suministrar a Moscú en secreto armas y munición para paliar la escasez de los arsenales rusos durante la invasión de Ucrania, Kim ha apostado por hacer piña con la Rusia de Putin paseando con Shoigu entre proyectiles con supuesta capacidad atómica o drones de última generación.

Esto supone además un recordatorio para Corea del Sur después de que Rusia amenazara esta primavera con suministrar al vecino del norte con armamento de última generación si Seúl, que mantiene de momento su política de no vender activos letales a países en conflicto, optaba por brindar apoyo militar a Kiev.

Además de exponer los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de mayor alcance del régimen, el Hwasong-17 y el aún más sofisticado Hwasong-18 (testado por el pasado 12 de julio), la muestra alberga proyectiles tácticos, un posible nuevo misil de la familia Pukguksong para ser lanzado desde un submarino, proyectiles hipersónicos Hwasong-8 o lanzacohetes múltiples.

NUEVOS DRONES LISTOS PARA EL DESFILE

También unos drones que hasta ahora el régimen no había desvelado y que se cree que fueron testados en junio en una base aérea de Panghyon (noroeste del país), según se deduce por imágenes tomadas por satélite y las imágenes reveladas hoy por la televisión estatal KCTV de las aeronaves en pleno vuelo.

Todo esto se verá seguramente en el desfile que se espera para las próximas horas en Pionyang para celebrar los 70 años del fin de la Guerra de Corea y en el que las delegaciones rusa y china asistirán como invitados de honor.

La visita de estas dos comitivas supone un hito desde que Corea del Norte impuso una estricta política de cierre fronterizo a principio de 2020 para evitar la entrada de la covid-19.

Ni siquiera los trabajadores o los diplomáticos norcoreanos han podido retornar desde entonces a su país, de ahí que haber designado a delegaciones de Rusia y China para ser los primeros grupos de personas con derecho a entrar en Corea del Norte en más tres años suponga toda una declaración de intenciones.