La CDU empieza a separarse de Merkel, la líder que ya no guiará a la victoria

El líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el centrista Armin Laschet, empezó a marcar este martes un rumbo propio hacia las elecciones generales, en pleno distanciamiento respecto a la canciller Angela Merkel, la líder que no guiará a esta formación a la victoria en las urnas.

"Somos los más capacitados para superar los estragos causados por una pandemia que ha mostrado, además, nuestras debilidades", afirmó Laschet en un acto virtual calificado por él mismo de "pistoletazo de salida" para un nuevo programa electoral ante las generales del próximo septiembre.

Entre esas debilidades, citó los déficit del país en materia digital. Es decir, el obstáculo diario para las familias, tras meses de clases virtuales por la pandemia, obligadas a lidiar con una red de internet que no está a la altura de la primera potencia europea. Pero también la excesiva burocratización, que lastra la campaña de vacunación contra la covid.

La CDU debe impulsar la "modernización del país", tras una década en la que, dijo, "nos hemos dejado llevar por las comodidades". Hay que poner fin, además, a un exceso de "regularización" que perjudica a mercados como el farmacéutico y el químico, cuya relevancia sacó a la luz la pandemia.

"Alemania debe volver a ser la farmacia del mundo", añadió, para lamentar que, en éstos y otros sectores, China haya tomado la delantera.

El discurso de Laschet, en la jefatura de la CDU desde enero, sigue a la advertencia lanzada por Merkel a los "Länder", a los que exige más rigor frente a la pandemia. El toque de aviso estaba dirigido entre otros a Laschet, primer ministro del "Land" de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país.

Merkel criticó el domingo pasado la laxitud de algunas regiones -entre ellas, la de Laschet-, que no activan el acordado "freno de emergencia", pese a haberse superado la incidencia semanal de 100 casos por 100,000 habitantes -actualmente, la media nacional está en 136.6 casos semanales-.

No es la primera vez que la canciller critica a Laschet, uno de los líderes regionales que con más celeridad aplicó la desescalada en las restricciones en la primera ola de la pandemia, en 2020, y que ahora tampoco las aplica con el rigor que Merkel defiende como necesario.

DISENSO ENTRE CENTRISTAS

"Soy un europeísta apasionado, por experiencia y convicción", se presentó en esa apertura oficiosa de precampaña Laschet, en un guiño hacia el líder bávaro Markus Söder, su teórico rival en el pulso por ser el candidato conservador a las generales de septiembre.

La cuestión debe consensuarse entre la CDU y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) de Söder. A Laschet, que fue eurodiputado, se le identifica con el centrismo europeista de Merkel; su homólogo bávaro es más derechista, además de haber defendido el "grexit" -salida de Grecia del bloque- en plena crisis de la eurozona.

La pandemia ha invertido ahora los papeles: el centrista Laschet se ha apartado de la política cautelosa de Merkel, mientras que el derechista Söder pide, día a día, una rigurosa línea de actuación unitaria en todo el país, acorde con la idea de la canciller.

La frustración ciudadana crece ante una pandemia que no da tregua tras meses de paralización de la vida pública, con restauración, comercios no esenciales, ocio y cultura cerrados. La CDU/CSU sigue en primera posición en intención de voto -con un 28 %-, pero ha cedido cinco puntos en tres semanas; los Verdes han subido al 22 %, cinco puntos por delante de los cogubernamentales socialdemócratas.

Serán las primeras generales desde 2005 sin Merkel al frente del bloque conservador. Hoy por hoy, no parece que la CDU/CSU vaya a beneficiarse de un "efecto Merkel", la líder imbatible que derrotó a cuatro socialdemócratas -Gerhard Schröder, Frank Walter Steinmeier, Peer Steinbrück y Martin Schulz-.

EL MAL AUGURIO BÁVARO

"Se hace raro ver la pelea entre el líder de la CDU y la canciller de la CDU a meses de las generales", apuntaba hoy Söder. El líder bávaro no ha dicho oficialmente que aspire a ser el candidato a la Cancillería, pero se le supone esa aspiración y es más carismático que Laschet -pese a la caída en los sondeos-.

Hasta ahora, ningún líder de la CSU alcanzó la Cancillería. En 1980 lo intentó Franz Josef Strauss, quien logró la primera posición -con un 44 %, frente al 42 % de los socialdemócratas-, pero acabó viendo reelegido como canciller al socialdemócrata Helmut Schmidt, con apoyo liberal.

En 2002 le siguió Edmund Stoiber; quedó empatado en un 38.5 % de los votos con el socialdemócrata Schröder, quien asimismo logró la reelección aliado con los Verdes.