La humanidad no es un producto aleatorio de la evolución: Benedicto XVI

El Papa Benedicto XVI coronó el sábado una de las noches más sagradas del año para los cristianos, subrayando que la humanidad no es un producto aleatorio de la evolución.

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Papa Benedicto XVI.

Benedicto XVI hizo hincapié en el relato bíblico de la creación en su homilía de la vigilia de Pascua, al decir que era un error pensar en algún momento que "en algún pequeño rincón del cosmos evolucionaron al azar algunas especies de seres vivos capaces de razonar y de tratar de buscar racionalidad dentro de la creación, o de poner racionalidad en ella."

"Si el hombre fuera un mero producto aleatorio de la evolución en algún lugar en los márgenes del universo, entonces su vida carecería de sentido e incluso podría ser una casualidad de la naturaleza", dijo. "Pero no, la razón está ahí desde el principio: La razón creadora, divina."

La enseñanza de la Iglesia sostiene que el catolicismo romano y la teoría de la evolución no se contradicen necesariamente: El cristiano puede, por ejemplo, aceptar la teoría de la evolución para ayudar a explicar ciertos hechos, pero se le enseña a creer que Dios, no el azar, es el origen del mundo. El Vaticano, sin embargo, advierte que no debe abrazarse el creacionismo, o la interpretación demasiado literal del relato bíblico de la creación.

La voz de Benedicto XVI parecía ronca, y el pontífice tosió varias veces durante la ceremonia de tres horas, que terminó después de la medianoche. Fue la segunda noche consecutiva con intensa actividad para el Papa de 84 años de edad, tras su participación en la procesión del vía crucis el Viernes Santo en el Coliseo de Roma, a fin de conmemorar la muerte de Jesús.

Este domingo, el Papa celebra la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro y da su tradicional saludo pascual "urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo) en decenas de idiomas —su última gran celebración antes de la beatificación del Papa Juan Pablo II, la próxima semana.

La vigilia de Pascua, es la liturgia más importante en el calendario de la iglesia, cuando los fieles celebran el paso entre la muerte de Cristo y su resurrección, el Domingo de Pascua. Es rica en símbolos, como el fuego y la luz, que representan la resurrección de Jesús, y el agua, que se utiliza para bautizar a las personas en la fe.

La noche del sábado, Benedicto XVI bautizó a seis adultos de Suiza, Albania, Rusia, Perú, Singapur y China al verter agua sobre sus cabezas mientras oraba.

Benedicto XVI comenzó la ceremonia nocturna al encender el cirio pascual en la basílica de San Pedro. Después de caminar en silencio por un pasillo central de la catedral, cientos de fieles compartieron desde sus asientos la llama que fue pasando de vela en vela hasta que el recinto brilló y las luces se encendieron.

Este año, estudiantes de los Legionarios de Cristo, la orden conservadora que se está reestructurando por disposición del Vaticano, fueron los encargados de dar el servicio litúrgico.

El Vaticano se hizo cargo de la orden el 1 de mayo pasado después de confirmar que su fundador, el fallecido mexicano Marcial Maciel, era pederasta.