La OTAN busca ganar tiempo antes de decidir sobre la retirada de Afganistán

Los ministros de Defensa de la OTAN concluyeron este jueves su reunión virtual sin tomar una decisión sobre la posible retirada de sus tropas de Afganistán, a pesar de que en 2020 Estados Unidos y los talibanes acordaron la salida de los militares internacionales el próximo mayo si los insurgentes reducían la violencia.

Etiquetas: 

"En este momento, no hemos tomado una decisión final sobre el futuro de nuestra presencia", declaró el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa posterior a la segunda jornada de una videoconferencia de titulares de Defensa de la OTAN.

En cualquier caso, aseguró que a medida que la fecha límite del 1 de mayo se aproxima, los miembros de la OTAN "seguirán consultando y coordinando de cerca en las próximas semanas".

En la actualidad, la OTAN mantiene en Afganistán una misión de asesoramiento, apoyo y formación de las fuerzas de seguridad afganas con 9,592 militares. Estados Unidos aporta 2,500 de ellos y el resto se reparten entre países de la Alianza y otros socios como Georgia, Armenia o Australia. España mantiene 24 efectivos, según datos de la Alianza.

El acuerdo de febrero de 2020 entre Estados Unidos y los talibanes establecía que las tropas internacionales abandonarían Afganistán en mayo de 2021 si los insurgentes cumplían una serie de compromisos, como cortar los lazos con grupos terroristas, reducir la violencia e implicarse en negociaciones de paz con el Gobierno afgano.

Sin embargo, Washington ya anunció en enero que revisaría el acuerdo para garantizar que los talibanes están cumpliendo sus compromisos en cuanto a la reducción de la violencia.

Esa revisión sigue aún en marcha y Stoltenberg hoy "dio la bienvenida al muy claro mensaje" del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, de que Washington "seguirá consultando a los aliados de la OTAN y asegurando que estamos coordinados".

El ex primer ministro noruego reconoció que el "problema" es que la fecha del 1 de mayo se acerca y "por ahora, hemos visto que las conversaciones de paz son frágiles, no están avanzando tanto como queremos, y, por tanto, por supuesto, también estamos extremadamente preocupados por el incremento del nivel de violencia".

"Nuestro mensaje a los talibanes es que reduzcan la violencia, negocien de buena fe y aseguren que ponen fin a toda la cooperación con los grupos terroristas internacionales", afirmó.

En cualquier caso, consideró que "todavía hay tiempo para lograr un acuerdo político, para ver progreso antes de la fecha límite del 1 de mayo" y dijo que por ese motivo no se tomó hoy la decisión sobre la marcha de las tropas.

"Nuestra atención está centrada en el proceso de paz y haremos todo lo que podamos para que sea un proceso exitoso", constató, y añadió que todos los países de la Alianza estuvieron de acuerdo en no decidir hoy la salida de Afganistán "porque todavía hay la posibilidad de una solución pacífica" al conflicto en el país asiático.

Por ello, instó a "revitalizar" el proceso de paz y a que todas las partes aprovechen "la oportunidad histórica" de lograr una solución pacífica "sin más retraso".

Las conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes comenzaron en Doha el 12 de septiembre y tras cinco meses no se han logrado avances significativos.

Ante el temor de que los talibanes estén preparando una nueva campaña de ataques en primavera, Stoltenberg insistió en que "menoscabaría las perspectivas de paz".

"De hecho, estamos esperando lo contrario, Estamos esperando que los talibanes reduzcan la violencia y, con eso, demuestren fe en las negociaciones de paz", aseveró.

UNA DECISIÓN DIFÍCIL

Aun así, admitió que la decisión sobre si las tropas internacionales abandonan o permanecen en Afganistán es "difícil" porque si se quedan más allá del 1 de mayo "corren el riesgo de ver más violencia, más ataques" contra los propios soldados.

"Pero si nos vamos, también nos arriesgamos a que las ganancias que hemos logrado se pierdan y que Afganistán pueda convertirse de nuevo en un refugio seguro para los terroristas internacionales", advirtió.

El político escandinavo precisó que mientras los aliados continúan analizando las condiciones sobre el terreno, la protección de sus tropas sigue siendo "primordial", por lo que se tomarán "todas las medidas necesarias para mantenerlas a salvo".

También recordó que durante el último año ya se ha producido "una reducción significativa" del número de tropas hasta situarlo cerca de los 10,000 militares, la mayoría de ellos europeos y socios de la OTAN.

Frente a esa situación, subrayó que "no hace muchos años" había más de 100,000 soldados en "una gran operación de combate".

LA MISIÓN EN IRAK, AMPLIADA

Pese a la falta de decisión sobre Afganistán, los ministros de la OTAN sí acordaron expandir su misión de entrenamiento y asesoramiento de las fuerzas de seguridad iraquíes, con la que se pretende evitar que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) vuelva a controlar partes del país árabe.

"El tamaño de nuestra misión se incrementará de 500 a alrededor de 4,000 personas. Y las actividades de entrenamiento incluirán ahora más instituciones de seguridad iraquíes y áreas más allá de Bagdad", explicó Stoltenberg.

Añadió que los aumentos en el número de tropas serán graduales, y recordó que el propio Gobierno iraquí solicitó la misión de la Alianza y que esta se lleva a cabo "con total respeto por la soberanía y la integridad territorial" del Estado.

Esta misma semana, el secretario general aliado habló por teléfono con el primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kadhimi, sobre la misión.