Los relojes de la era soviética aún son apreciados

Luego de un cuarto de siglo de la desaparición de la Unión Soviética (URSS), uno de los objetos más preciados por los coleccionistas y la gente común son sus relojes de pulso mecánicos.

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Uno de estos coleccionistas expertos es German, quien a la fecha tiene una colección de alrededor de mil piezas, algunas de las cuales guarda en un portafolio, pero para trasladar el resto necesita de una pequeña camioneta.

Experto en tecnologías de la información, las abandonó "infectado" por la belleza y la precisión de los relojes mecanicos, que lo llevaron no solo a coleccionarlos sino a dedicarse a su reparación así como compra y venta.

Al comenzar esta afición juntó también herramientas para repararlos y libros especializados en esa tarea, una colección complementaria que crecia conforme aumentaba su habilidad como relojero.

Abrió un sitio en internet dedicado solo a estos artículos que pronto se volvió una comunidad de personas tan aficionados como él a la belleza y encanto de los antiguos mecanismos de relojería.

Los relojes soviéticos se encuentran prácticamente en cualquier hogar de Rusia, olvidados por los padres y abuelos de sus actuales habitantes que no se deshicieron de ellos, dice al sitio informativo RBTH.

Otros muchos se pueden encontrar en tiendas de objetos usados o con los vecinos y en realidad son baratos.

Estas piezas despiertan un apetito singular. Muchos coleccionistas han empezado llevándole a reparar un reloj. Uno de ellos al ver funcionar de nuevo el reloj que le había reparado German, trajo otro y ahora es uno de los más prominentes coleccionista de relojes soviéticos.

El precio de uno solo de los relojes que acumula de los cinco mil a los diez mil dólares, revela.

En ocasiones la colección de German aumenta con relojes de la abuela o "babushka watches" como los denomina.

Son las piezas más interesantes y gratificantes, dice, aunque también se pueden encontrar modelos raros en tiendas de viejo en cualquier pequeña ciudad rusa.

Revela que una de sus más recientes adquisiciones es un reloj de bolsillo que adquirió por seis mil rublos (unos 104 dólares) hecho por Pavel Bure, hijo de un relojero alemán que en 1899 fue nombrado proveedor oficial de la Corte Imperial.

Las piezas de este relojero se convirtieron en símbolo de la última década del siglo XIX y de las dos primeras del XX, como lo demuestran sus menciones en las novelas de Anton Chejov.

Muchos de esos relojes sobrevivieron la era revolucionaria y eran portados por funcionarios que trabajaban en el Kremlin en la época de Vladimir Lenin, afirma German.

En los primeros años de la URSS comenzaron a fabricarse relojes, muchos de los cuales usaban "piezas suizas expropiadas", que pronto dieron paso a las elaboradas por relojeros soviéticos.

Si bien los relojeros soviéticos nunca compitieron con la élite de sus pares suizos, alcanzaron una alta calidad, dice.

Y los que no llegaban a ese nivel, eran acumulados en cajas donde los niños de la era soviética los encontraban y se les permitía jugar con ellos. Ahora se les repara y pone a funcionar de nuevo.

Muchos de ellos tienen diseños del progreso soviético, por ejemplo uno que en su caratula muestra una cohete Soyuz. Otros celebran los Juegos Oímpicos de Moscú de 1980.

Muchos relojes altamente valorados son los que traen la leyenda "Made in the URSS", fabricados para exportación, de edición limitada, y que por esa razón no muestran los carácteres cirílicos.

El relojero advierte sobre imitaciones de relojes soviéticos, por ejemplo los de la marca Shturmanskie, famosos porque Yuri Gagarin, el primer humano en salir al espacio exterior, portaba uno de ellos en su viaje cósmico.

Fuente: Notimex