En una primera etapa, entrarán en servicio seis de los 54 trenes sacados de circulación durante tres meses en la línea Pekín-Shanghái (principal de la alta velocidad nacional e inaugurada el 1 de julio) para ser sometidos a diversas pruebas luego del choque entre dos convoyes que dejó 40 muertos y 200 heridos.
"Si todo va bien, la totalidad de los trenes estará operando con normalidad el 6 de diciembre próximo", dijeron fuentes del Ministerio de Ferrocarriles chino citadas por Xinhua.
La fabricante de trenes estatal China CNR -una de las dos más grandes del país- anunció el 12 de agosto la llamada a revisión de 54 trenes del modelo CRH380BL para investigar si sufrían de fallos en su fabricación.
Aunque éstos son distintos a los que protagonizaron el accidente de julio en la ciudad de Wenzhou (este), el gobierno adoptó la medida para aplacar la furia pública que provocó el choque.
Antes de esta revisión, China CNR había suspendido la entrega de 120 unidades su modelo CRH380BL por presuntos fallos en el sistema automático de frenado.
Según informes oficiales, el accidente en Wenzhou se produjo por fallos en la señalización de las vías y problemas internos en la gerencia de la empresa responsable de la seguridad.
Las averías eléctricas -con las consiguientes demoras- y el accidente han multiplicado las dudas y las críticas contra la red de alta velocidad china, que en sólo cuatro años desde que comenzara a funcionar ya es la mayor del mundo, con cerca de 9,000 kilómetros, una rapidez en la construcción que, según los críticos, se ha llevado a cabo a expensas de la seguridad.
En septiembre pasado, un choque entre dos trenes del metro de Shanghái que dejó 295 heridos alimentó aún más las dudas sobre la calidad del sistema ferroviario chino.