Esta madrugada, el Senado ratificó con 37 votos a favor y 30 en contra la Ley de Emergencia Tarifaria que eliminaba los aumentos de este año y regresaba los costos de electricidad, agua y gas a los niveles que tenían en noviembre pasado.
Los llamados “tarifazos” son parte central de la política económica de Macri, ya que durante sus dos años y medio de gobierno la tarifa de luz en Buenos Aires y la zona metropolitana subió en promedio un mil 700 por ciento, mientras que el gas ya superó incrementos del mil por ciento.
En el caso del agua, el aumento roza el 500 por ciento, lo que completa el trío de drásticos incrementos en servicios a los que el gobierno ha eliminado subsidios con el pretexto de sanear las cuentas del Estado y combatir el déficit fiscal.
La oposición, sin embargo, retomó el reclamo de millones de usuarios y, primero en la Cámara de Diputados y luego en el Senado, aprovechó su mayoría para frenar los aumentos.
En el caso del Senado, la sesión culminó durante la madrugada, después de más de 10 horas de un debate en que el oficialismo tildó de “irresponsables” a los opositores, quienes advirtieron que sí hay otras alternativas para enfrentar el déficit.
Tal y como había avisado, Macri vetó la ley apenas fue aprobada, a pesar de que las encuestas previas revelaban que el “tarifazo” y el veto presidencial eran rechazados por casi el 90 por ciento de los argentinos.
Para justificar la decisión que afectará aún más la alicaída popularidad del presidente, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, explicó esta mañana que el veto era necesario porque “no vamos a negociar la verdad frente a la mentira”.
Advirtió que los argentinos ya no quieren “falta de transparencia y la vuelta al pasado” y que por eso el gobierno prefiere hablarles con la verdad al precisar que los subsidios a los servicios públicos son insostenibles.
“Hemos vetado la ley porque va en contra del federalismo, atenta directamente contra los intereses de las provincias y eso no lo podemos a permitir. Es irresponsable”, afirmó.
El jefe de Gabinete aseguró que la ley votada por la oposición no precisaba en ninguna parte cómo se recuperarían los cuatro mil 600 millones de dólares que el Estado perdería en caso de que la nueva norma se aplicase.
“El fundamento conceptual de lo que se votó es la política tarifaria del kirchnerismo, que fue una política de mentira y del vaciamiento del sistema energético que nos llevó a los problemas que estamos enfrentando”, denunció.