Mursi pide la independencia de Palestina y rechaza una intervención militar en Siria

El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, pidió hoy a la ONU hacer de la causa palestina "su asunto prioritario" y enfrentar la "tragedia de una era" que vive Siria, aunque sin recurrir a la intervención militar propuesta por Catar.

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El presidente egipcio, Mohamed Mursi saluda al primer ministro belga, Elio Di Rupo, durante la inauguración de la 67 sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas.

En su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU, Mursi solicitó, además, que Israel se una al Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear y celebrar antes que finalice este año una conferencia que avance hacia "un Oriente Medio libre de armas nucleares" y en la que participen "todos los países sin excepción".

Mursi, quien juró su cargo a finales de junio pasado, se presentó como "el primer presidente de Egipto elegido democrática y libremente", aunque apenas se refirió a la situación en el país en su extenso discurso, centrado en cuestiones internacionales.

El "primer asunto" que el mundo debe esforzarse en resolver es "la causa palestina", consideró el mandatario, quien pidió "una paz que cree la base para un Estado palestino independiente y soberano, basado en los derechos inalienables de los palestinos".

Refiriéndose a Israel, consideró "vergonzoso" que el mundo "acepte que un miembro de la comunidad internacional siga negando los derechos de una nación", continúe con la actividad de asentamientos y "retrase la implementación de decisiones internacionales".

"Pido medidas inmediatas, medidas serias, desde ahora mismo, para poner un fin a la colonización, los asentamientos y la alteración en la identidad del Jerusalén ocupado", indicó Mursi, quien garantizó el apoyo de Egipto "a cualquier rumbo de acción que Palestina quiera seguir en Naciones Unidas".

Mursi también pidió a la ONU detener el "derramamiento de sangre en Siria", pero "sin someter al país a los peligros de la intervención militar a la que nos oponemos", un día después de que el emir de Catar, Hamad Bin Jalifa al Zani, abogara ante la ONU por una intervención militar árabe.

"Todos somos responsables por esta crisis. Es la tragedia de esta era, y nuestro deber es resolverla", sentenció el líder egipcio.

Invitó a todos los países a unirse al grupo de contacto para Siria que él mismo lanzó durante la cumbre de países islámicos en agosto, e integrado por Irán, Arabia Saudita, Turquía y Egipto.

Arremetió además contra Israel, aunque sin mencionarlo, al señalar que "el deseo de los pueblos, especialmente en nuestra región, ya no tolera que ningún país siga sin adherirse al Tratado de No Proliferación nuclear, especialmente si esto va acompañado de políticas irresponsables o amenazas arbitrarias".

Pidió convocar este año una conferencia sobre la desnuclearización en Oriente Medio porque "la única solución es librarnos de las armas nucleares y de destrucción masiva", pero respetó al mismo tiempo "el derecho de los países a usar la energía nuclear con fines pacíficos, en el marco del TNP"..

Mursi criticó el "nivel de injusticia" infligido a toda África, abogó por garantizar la estabilidad en Somalia y consideró que el joven Estado de Sudán del Sur "no ha recibido el apoyo que merece", pese a que tiene el potencial de convertirse, junto a Sudán, "en un centro de cooperación entre el mundo árabe y los Estados africanos".

Como hizo el martes el presidente afgano, Hamid Karzai, el líder de los Hermanos Musulmanes se refirió a la "islamofobia" y subrayó que Egipto "no tolerará que nadie insulte al profeta Mahoma".

"Las obscenidades publicadas recientemente como parte de una campaña organizada contra la santidad islámica es inaceptable y exige que nos mantengamos firmes", dijo en referencia al vídeo antimusulmán divulgado hace unas semanas.

Subrayó que Egipto "respeta la libertad de expresión, pero no la que incita al odio y profundiza en la ignorancia", pero al mismo tiempo expresó su "firme oposición al uso de la violencia al expresar la objeción a esas obscenidades", en alusión al asesinato de cuatro estadounidenses en Libia el 11 de septiembre.