Negociación nuclear: una semana decisiva para el Irán de Hasan Rohani

Irán y las potencias occidentales comenzaron el lunes una decisiva ronda de negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre la disputa nuclear con Teherán antes del 24 de noviembre. Si las conversaciones fracasan se abriría un "escenario peligroso", opina el viceministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Peligroso también para el futuro del presidente, Hasan Rohani, y su agenda de reformas en Irán.

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El presidente iraní, Hasan Rohani.

"En clave interna hay mucho que depende de la salida del conflicto nuclear", afirmó un diplomático occidental en Teherán.

Debido a la disputa atómica, Irán no sólo ha quedado políticamente aislado, sino que se ha hundido en una crisis económica. Las sanciones impuestas por Occidente le han costado al país petrolero casi la mitad de sus ingresos, mientras que la moneda nacional, el rial, ha perdido la mitad de su valor. Desde hace año no hay inversiones importantes desde Occidente y las sanciones en el sector bancario impiden muchas operaciones comerciales del país.

Rohani prometió revertir esa situación, pero 16 meses después de su llegada al gobierno apenas ha cambiado nada. La tasa de inflación se ha reducido del 40 al 20 por ciento, pero la gente apenas lo aprecia en su vida cotidiana. El desempleo, los alquileres impagables y el gran desequilibrio entre los salarios y los precios hacen que incluso los seguidores más fieles de Rohani comiencen a impacientarse.

"Dijo que todo mejoraría pronto (...) pero a mí me va tan mal como antes", afirmó Roja, que trabaja limpiando. Esta mujer sencilla habla por los millones de iraníes que votaron a Rohani. "Qué le va a interesar a la gente la política atómica o exterior si no pueden permitirse comprar carne para sus familias", lamentó el carnicero Abolfasl.

Rohani es consciente de ese malestar, de ahí su conclusión lógica: sin un levantamiento de las sanciones no tiene sentido un acuerdo nuclear. Pero es más fácil decirlo que lograrlo. Por un lado están las sanciones de Estados Unidos, por otro las de las Naciones Unidas y también las de la Unión Europea. "Levantarlas todas sería un proceso muy complicado y que requeriría mucho tiempo", apuntó el viceministro Araghchi.

Y tiempo es precisamente lo que no tiene Rohani. "Podría retrasarlo todo como mucho hasta finales del año (persa, el 20 de marzo de 2015), después comenzarán a sonar las alarmas", afirmó un periodista iraní. El moderado Rohani perdería no sólo su credibilidad sino también su influencia política. Un fracaso en las negociaciones nucleares beneficiaría a sus adversarios de cara a las siguientes elecciones parlamentarias, a principios de 2016, agregó el periodista.

"Si se diera un fracaso, los políticos de línea dura se alegrarían infinitamente del mal ajeno", coincide un politólogo de Teherán. En su opinión, un fracaso en la diputa atómica sería "el principio del fin de toda la ola de reformas".

Sobre todo fracasaría definitivamente la senda reconciliatoria de Rohani respecto a Occidente, también con Estados Unidos, uno de los archienemigos de Irán. Y se confirmaría la postura de Israel de que no tiene sentido emplear la diplomacia con Irán, apunta el experto.

"Sería la peor opción para nosotros", afirma el diplomático occidental. Entonces habría un gobierno iraní de línea dura justo junto a Irak, donde tiene una gran presencia la milicia terrorista Estado Islámico (EI), explica. En la constelación política actual, Teherán podría ser un aliado útil en la lucha contra EI. Y eso lo tiene claro hasta los republicanos estadounidenses, afirma.

"Si logra un acuerdo nuclear, Rohani puede entrar en los libros de historia, pero si fracasa puede ser olvidado rápidamente, como uno de sus predecesores", profetiza un antiguo político reformista. Para él sería un déjà-vu. Como miembro de la administración del presidente reformista Mohamed Jatami guarda un recuerdo muy doloroso del año 2005. "Como ya se sabe, entonces a Jatami lo sucedió un tal Mahmud Ahmadineyad", lamenta. (DPA)