Varias víctimas fueron decapitadas, otras fueron lapidadas o crucificadas en lugares públicos. Algunas fueron acusadas de blasfemia, prostitución o homosexualidad. Otras fueron asesinadas por el EI acusadas de ser presuntos espías del régimen sirio o de servicios secretos extranjeros.
En Siria, los extremistas mataron al menos 50 prisioneros. Entre las víctimas figuran los rehenes japoneses Haruna Yukawa y Kenji Goto. El martes fue difundido además un video que muestra cómo queman vivo al piloto jordano Muaz al Kasasbeh. En Siria, otras 25 personas murieron en manos de otros grupos radicales, entre ellos el Frente Al Nusra, una escisión de Al Qaeda en Siria.
En la vecina Irak, los habitantes de zonas bajo control del EI y fuerzas de seguridad informaron desde principios de año de 48 matanzas, entre ellas la de dos cristianos, dos periodistas y tres abogadas. La mayoría fueron fusiladas públicamente en Mosul y alrededores, en el norte de Irak. (DPA)