Es necesario que las organizaciones de ayuda puedan acceder a las zonas sitiadas a través de corredores humanitarios, indicó Luai Mokdad, portavoz del Ejército Sirio Libre, formado por desertores de las fuerzas armadas y que combate sobre el terreno.
También piden la liberación de los prisioneros políticos, sobre todo mujeres y niños, y que el presidente Bashar al Assad se aparte del poder durante el periodo de transición y en el futuro.
Damasco ya ha dicho que enviará representantes a la conferencia en Ginebra, cuya fecha no ha sido fijada aún y que ha sido convocada por Rusia y Estados Unidos para acabar con la crisis en Siria, que desde 2011 ha dejado más de 100,000 muertos.
A lo largo del fin de semana, los debates de la coalición opositora escalaron en determinadas ocasiones y provocaron situaciones de tensión.
El presidente de la oposición siria en el exilio, Ahmed al Yarba, abofeteó a Mokdad en un momento de los debates, informaron testigos de la escena. Otros miembros de la cúpula de la organización separaron a los dos hombres para evitar que llegaran a enzarzarse en una pelea a puños.
La participación es controvertida en círculos de la oposición sobre todo porque la resistencia considera que supone el reconocimiento del régimen de violencia de Al Assad.
La oposición y la insurgencia armada consideran que la retirada de Al Assad del poder es indispensable para restablecer la paz en el país. "Sólo podemos esperar que las conversaciones terminen con la salida de Al Assad", dijo el delegado Adib Shishakli a la televisión Al Yasira.
Declaraciones como ésta hicieron concluir que la salida del poder de Al Assasd no sería una condición previa para la participación en Ginebra II, sino más bien el resultado esperado del encuentro.
Tampoco está claro cómo reaccionarán los rebeldes que combaten en Siria contra el régimen a una eventual participación de la Coalición en la conferencia. Grupos islamistas entre los rebeldes ya dejaron claro que considerarán "traidores" a todos los que viajen a Ginebra.
Mientras tanto sobre el terreno las tropas del gobierno en la norteña ciudad de Alepo consiguieron reconquistar una base militar fuertemente disputada, según confirmó la agencia de noticias estatal Sana y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.