"Qué gran cantidad de sufrimiento y muerte sigue habiendo en este continente, que ansía la paz pero que fácilmente cae en las tentaciones del pasado", señaló el pontífice argentino.
"Lograr el bien de la paz requiere ante todo la educación para la paz, desterrar una cultura del conflicto que tiende al miedo del otro, a la marginación de quienes piensan o viven de manera diferente a nosotros", añadió en medio de la preocupación en Europa por el aumento de los sentimientos antiinmigratorios y de ultraderecha.
Francisco subrayó asimismo los desafíos que plantea "el terrorismo religioso e internacional, embebido de un profundo desprecio por la vida humana y que mata indiscriminadamente a víctimas inocentes". Por desgracia este fenómeno se abastece de un tráfico de armas a menudo impune.
"Esta paz se quebranta además por el tráfico de seres humanos, que es la nueva esclavitud de nuestro tiempo y que convierte a las personas en un artículo de mercado, privando a las víctimas de toda dignidad”, añadió ante el organismo, del que forman parte 47 países.
En este sentido cobra sentido el papel del Consejo de Europa "en la lucha contra estas formas de inhumanidad", a través de la promoción de los derechos humanos, que enlaza con el desarrollo de la democracia y el estado de derecho, dijo, sin mencionar conflictos actuales concretos, como el de Ucrania.
El papa condenó nuevamente la "globalización de la indiferencia que nace del egoísmo", el individualismo del que surge "el culto a la opulencia, que corresponde a la cultura del descarte en la que estamos inmersos”.
El papa destacó asimismo la importancia de la protección de la vida humana, la acogida de los emigrantes, el trabajo y la protección del medio ambiente. La paz es un proyecto siempre inacabado, indicó.
El espíritu de servicio mutuo con el que se creó el Consejo de Europa después de la Segunda Guerra Mundial debe servir de guía para la misión del organismo en favor "de la paz, la libertad y la dignidad humana", sentenció.
Previamente, el religioso pronunció otro discurso ante el Parlamento Europeo, en el que pidió una Europa centrada en la humanidad y no en la economía. (DPA)