Pence llamó al orden a sus socios europeos en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), un foro clave para la diplomacia global, donde Europa, en las voces de la canciller alemana, Angela Merkel, y del ministro español de Exteriores, Josep Borrell, reivindicaron su propia vía para encarar ambos conflictos.
El vicepresidente de EEUU argumentó que Venezuela es "una tragedia que precisa la respuesta de todo el mundo" y subrayó que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, es "un dictador" que "debe marcharse"
La libertad, agregó, "está empezando a triunfar" en Venezuela después de que EU fuese el primer país en reconocer a Guaidó -algo de lo que se dijo "orgulloso"- y consideró que "el resto del mundo debe seguir ahora".
La réplica europea llegó poco después a manos de Borrell, que defendió la posición española -y la de la "muchos" países de la UE- explicando que se han guiado por lo que establece la constitución de Venezuela.
"Lo reconocemos como presidente, pero ad interim. Eso es lo que mandata la Constitución venezolana. No podemos hacer otra cosa", aseguró al ser interrogado al respecto.
Según la carta magna, el presidente de la Asamblea Nacional puede ejercer de presidente interino hasta la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales.
Aclaró asimismo que cada país de la UE es soberano a la hora de reconocer a Guaidó -y no la UE como bloque- y avanzó que no se prevé que los estados miembros adopten este lunes una posición conjunta con respecto a Venezuela.
"Los estados miembros pueden adoptar una posición común, que requiere unanimidad, pero hasta ahora no ha sido posible porque algunos países no han querido reconocerlo", dijo Borrell haciéndose eco de las reticencias principalmente de Italia.
Con respecto a Irán, Pence afirmó que Teherán es "el mayor esponsor del terrorismo internacional" y es la "mayor amenaza para la paz y la seguridad" y que, por lo tanto, había que romper cualquier tipo de relación con el país, empezando por el acuerdo nuclear.
"Ha llegado el momento de que nuestros socios europeos se retiren del acuerdo nuclear iraní y se unan a nosotros cuando ejercemos la presión económica y diplomática necesaria para dar al pueblo iraní, a la región y al mundo la paz, seguridad y libertad que se merecen", afirmó.
El vicepresidente argumentó que, además de interferir en los conflictos de Siria y Yemen, Irán ha exportado misiles, ha contribuido a que se perpetren atentados en Europa y está confabulando para "destruir Israel".
Merkel, encargada de responder a Pence con respecto a Irán, argumentó que en su opinión mantener el acuerdo nuclear con Teherán es mejor que repudiarlo, pese a que reconoció que rechaza la conducta iraní en cuestiones como su programa de misiles balísticos, su interferencia en Yemen o su colaboración militar en Siria.
No obstante, quiso quitar hierro a las diferencias en este punto con la Casa Blanca de Trump, que decidió abandonar este acuerdo fraguado durante el mandato de su predecesor, Barack Obama.
Se trata, afirmó Merkel, de una "pelea táctica", porque en los "objetivos" a largo plazo con respecto a Irán Europa y EEUU están de acuerdo.
El discurso de Merkel, inusualmente apasionado, fue sin duda el más aplaudido en la MSC, en la que este año participan 35 jefes de estado y gobierno y más de 80 ministros de Defensa y Exteriores.
La canciller hizo una defensa cerrada del multilateralismo y puso el foco sobre Europa, asegurando que la UE "tiene enemigos", entre los que citó a Rusia y a Steve Bannon, el exasesor del presidente de EU, Donald Trump.
La canciller denunció la "guerra híbrida dirigida por Rusia", principalmente hacia los países europeos "económicamente más débiles", y se refirió al movimiento de euroescépticos que Bannon está tratando de amalgamar de cara a las elecciones europeas de mayo.
"Debemos luchar por esa Europa, por el multilateralismo y contra todos los que luchan contra Europa", manifestó.
En este mismo sentido se posicionó Borrell, que aplaudió el discurso de Merkel por su defensa de una vía distinta a la estadounidense en cuestiones como el comercio exterior o la política energética.
"Los europeos nos tenemos que unir más si queremos existir en el mundo global. Unir capacidades y fuerzas", manifestó el ministro de Exteriores.