Proceso de paz en Colombia: Dos años de logros y tropiezos

Hace dos años fue instalado en Noruega el proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Aunque los diálogos han transcurrido entre logros y tropiezos, las ganas de darle fin a cinco décadas de conflicto siguen siendo un objetivo común que mantiene la expectativa de un acuerdo final.

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Los retos en medio de la negociación se han convertido en una constante. Para el presidente Juan Manuel Santos, los "enemigos del proceso" con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) "se prenden de cualquier argumento para tratar de envenenar" los diálogos que desde noviembre de 2012 fueron trasladados a Cuba.

Durante la campaña presidencial de mayo pasado, el diálogo con las FARC marcó la agenda política del país y la paz fue la bandera de los principales aspirantes a la Casa de Nariño.

La división de los votantes fue entre quienes apoyaban y quienes se oponían a la continuidad del proceso. Finalmente, Santos logró ser reelegido con la premisa de ser quien finalizaría con éxito las negociaciones.

Los diálogos han logrado superar obstáculos como el supuesto espionaje del que estaban siendo objeto los negociadores en Cuba, así como la fuerte oposición hecha desde la derecha radical colombiana, liderada por el ex presidente y senador Álvaro Uribe (2002-2010).

La más reciente revelación sobre los viajes que ha realizado el máximo líder de las FARC, alias "Timochenko", a La Habana con la aprobación de Santos para reunirse con la delegación de la guerrilla desató la semana pasada una tormenta en el país.

El rechazo se dio principalmente desde el partido Centro Democrático, liderado por Uribe, y del procurador general, Alejandro Ordóñez, cercano a las ideologías del ex presidente, quien solicitó a Santos responder una serie de preguntas sobre los viajes de Rodrigo Londoño para abrir una investigación.

Las partes ya han llegado a acuerdos parciales en tres puntos referentes al desarrollo agrario integral (mayo de 2013), la participación en política de los guerrilleros que se desmovilicen (noviembre de 2013) y la lucha contra el narcotráfico (mayo de 2014).

Ambas delegaciones interrumpieron por un par de días el proceso, en agosto de 2013, a causa de la molestia que causó a las FARC un proyecto del gobierno que busca refrendar los documentos que se firmen en La Habana, textos que ya fueron publicados en su totalidad por las partes para brindar "transparencia" y acabar con la "especulación".

Pese a que en teoría el tiempo para firmar la paz se amplió tras la reelección de Santos, varios analistas y políticos coinciden en afirmar que los puntos restantes, la reparación de las víctimas, tema actual de discusión, y el desarme de la guerrilla, "son los más difíciles".

"Ha habido lentitud en la negociación, no se ha avanzado en los temas sustantivos, falta transparencia por parte del gobierno y en los pactos firmados hasta ahora no hay ningún reconocimiento ni responsabilidad fijada por parte de las FARC en el conflicto", considera la ex ministra y ex candidata presidencial Martha Lucía Ramírez.

Por su parte, el analista político Diego Sánchez cree que aunque durante los diálogos "se ha fortalecido la confianza entre las partes", en cada "uno de los aspectos relevantes y neurálgicos de los puntos acordados todavía hay cosas que han quedado pendientes".

Sin embargo, el jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de las Organización de Estados Americanos (OEA), Roberto Menéndez, opina que el avance que ha tenido la mesa de negociaciones "es positivo" debido a que "se ha sostenido el diálogo".

"Si bien se ha mantenido el estado de beligerancia, se han mostrado signos de voluntad política de terminar el conflicto y canalizar el futuro del país a través del desarrollo y la reconciliación", destaca Menéndez.

Las conversaciones continúan y el próximo 20 de octubre las partes retomarán el diálogo que completa 29 ciclos en la búsqueda de la anhelada paz. Entretanto, el gobierno y las FARC seguirán ceñidos a la frase que dio inicio al diálogo: "nada está acordado hasta que todo esté acordado". (DPA)