Con esta tácica, los servicios secretos y el ejército intentan, según la comisión, intimidar sistemáticamente a los sectores críticos de la población.
Al mismo tiempo, sin embargo, el grupo de expertos, instaurado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, acusa a los rebeldes de secuestrar con frecuencia a personas para convertirlas en rehenes, en violación del derecho internacional humanitario.
La desaparición planificada de presuntos opositores al régimen forma "parte de ataques a gran escala y sistemáticos contra la población civil, que suponen un crimen de lesa humanidad", señala la comisión de investigación.
Según informaciones recabadas por la comisión, las personas desaparecidas son sometidas a torturas y otras prácticas crueles. La gran mayoría mayoría de ellas serían hombres. El régimen habría recurrido a esta táctica de desapariciones forzadas desde las primeras manifestaciones antigubernamentales en marzo de 2011.
El grupo de expertos, que dirige el diplomático brasileño Paulo Pinheiro, no menciona cifras concretas, debido a que las autoridades sirias se habrían negado a facilitarle cualquier información.
Además de los propios desaparecidos, "están afectados varios miles de familiares que simplemente no reciben ninguna información sobre el destino de sus parientes", afirmó la comisión al presentar su informe de investigación titulado "Sin rastro: desapariciones forzadas en Siria".
Quien se atreve a inquirir sobre la situación de sus familiares en las cárceles o ante las autoridades corre peligro de ser detenido y encarcelado sin juicio previo, asegura la comisión. "Las autoridades sirias han creado un clima de miedo para que las familias no se atrevan a iniciar indagaciones sobre la situación de sus familiares o a presentar una queja oficial", apunta el informe.
Son especialmente los niños los que sufren la experiencia traumática de la desaparición de sus padres. Además de los problemas emocionales y psíquicos, el secuestro de los padres muchas veces hunde en la miseria a sus parientes. La comisión citó el testimonio de una madre. "No sé como voy a seguir viviendo y cuidar a mis hijos jóvenes sin su padre".
En cuanto a los grupos rebeldes que combaten al régimen del presidente Bashar al Assad, la comisión denuncia que ellos desde hace algún tiempo vienen secuestrando con frecuencia a personas como cooperantes humanitarios, periodistas, dignitarios religiosos o personas consideradas como afines al régimen.
Según la comisión, el secuestro de personas por parte de los rebeldes también constituye un crimen, aunque generalmente los rebeldes no ocultan los secuestros, a diferencia de las desapariciones sin rastro llevadas a cabo por el régimen.