Los diplomáticos iraníes negocian desde hace un año con representantes de los gobiernos de Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China, Francia y Alemania para encontrar una solución de compromiso a la disputa por el programa nuclear iraní.
Los negociadores trabajan en un acuerdo que debería firmarse antes del plazo del 24 de noviembre.
"El tiempo que queda para alcanzar un acuerdo es muy breve", dijo Rohani ante la prensa en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de la ONU. "Hubo muy pocos avances en los últimos días".
Los funcionarios iraníes y de las seis potencias mundiales (el grupo 5+1) iniciaron una nueva ronda de negociaciones el 18 de septiembre al margen de la Asamblea, pero el debate se encuentra estancado por el tema del enriquecimiento de uranio.
Rohani dijo que su país está comprometido a continuar con su "programa nuclear pacífico", inclusive con el enriquecimiento.
El mandatario apuntó asimismo que su país hizo algunos "ajustes" en sus demandas durante la última ronda de conversaciones, pero no quiso dar más detalles al respecto.
"Hemos cumplido con nuestra parte", señaló. "Ahora la pelota está del otro lado de la cancha".
El programa nuclear de Irán es uno de los principales temas de discusión entre las potencias mundiales al margen de la Asamblea.
"Seguimos teniendo la esperanza de que Irán y el 5+1 puedan llegar a un acuerdo en las próximas semanas que beneficiaría a todo el mundo", manifestó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en un evento sobre el tratado de no proliferación nuclear en la ONU.
Por su parte, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, dijo a la prensa que era "cautamente optimista" sobre la posibilidad de que se llegue a un acuerdo para el 24 de noviembre.
"Estamos cerca de nuestra meta, pero hay algunas secciones pendientes (...), que son las más complicadas", señaló Lavrov. "Haremos todo lo posible para que los asuntos pendientes, pequeños pero extremadamente importantes, sean resueltos".
El grupo 5+1 busca negociar un acuerdo con Teherán que asegure que el país persa use la energía atómica con fines puramente pacíficos. A cambio, Occidente flexibilizaría las sanciones económicas que lastran la economía iraní.