"Los acontecimientos en Afganistán nos preocupan exclusivamente desde el punto de vista de que los problemas no se extiendan a los países vecinos", afirmó durante una rueda de prensa conjunta celebrada junto a su homólogo indio, Subrahmanyam Jaishankar.
Lavrov afirmó que "mientras esto ocurra en territorio de Afganistán no tomaremos ninguna medida salvo repetir nuestros llamamientos insistentes a iniciar cuanto antes el proceso político apoyado por todos los afganos".
Preguntado sobre si el mundo puede resignarse al retorno de los talibanes al poder en Afganistán, afirmó que esa pregunta "debe ser dirigida a los propios afganos".
Lavrov recordó que el Gobierno y los talibanes marcaron con mediación de Estados Unidos "pasos para normalizar la situación, iniciar un proceso político, alcanzar acuerdos sobre un período de transición y luego, alcanzar los parámetros definitivos que definirán cómo vivirá Afganistán en el futuro".
"Está claro que todo esto solo puede ser solucionado por los propios afganos, pero los acuerdos alcanzados entre Washington y los talibanes fueron recibidos por todos con beneplácito y nosotros abogamos por que se cumplan", dijo.
Por su parte, Jaishankar señaló que la India está preocupada por el desarrollo de los acontecimientos en Afganistán, un conflicto que, según recordó, "se ha extendido por más de tres décadas".
"La situación allí incide en la estabilidad y seguridad regionales y subrayamos la necesidad de cesar la violencia. La violencia no es la solución del problema afgano, y cualquiera que sea quien controle Afganistán, debe ser sobre bases legítimas", aseveró.
Tras la retirada del grueso de las tropas estadounidenses y sus aliados de Afganistán, el movimiento talibán inició una ofensiva que le ha permitido conquistar nuevas zonas en el país e incluso controlar parte de la frontera con los vecinos Irán y Tayikistán.
Según anunció hoy el jefe de una delegación de los talibanes que ha visitado Moscú, Shahabuddin Delawar, el movimiento controla el 85 % del territorio nacional.
El pasado 5 de julio la ofensiva talibán obligó a más de mil militares afganos a cruzar la frontera con Tayikistán buscando refugio, hecho que hizo saltar las alarmas de los países vecinos y de la alianza postsoviética Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) liderada por Rusia.
Esta organización integrada por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán, envió un grupo operativo a la región para evaluar la situación, y expresó su disposición a enviar tropas si se agrava la situación.