Victoria simbólica para manifestantes en Bangkok

Tras dos días de enfrentamientos callejeros con decenas de heridos, la policía de Tailandia impidió hoy que se siga agravando la situación en las protestas contra el gobierno cambiando de táctica: en lugar de seguir defendiendo con gases lacrimógenos y cañones de agua las sedes del gobierno y la central de la policía, hoy abrió las puertas y dejó entrar a los manifestantes.

Los opositores lo celebraron como una victoria a pesar de que el gobierno sigue bien anclado en el poder. El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, exigió a sus seguidores que continúen con las protestas.

"La gente cree que hemos ganado pero los tiranos siguen en el Parlamento y en gobierno", dijo Suthep ante sus seguidores. Con estas palabras se refería al gobierno elegido democráticamente de la primera ministra Yingluck Shinawatra y al partido gubernamental Pheu Thai. "Tenemos que echarlos, antes de declarar la victoria", agregó.

Por ahora se desconoce si los manifestantes le seguirán. "Estoy aquí desde hace días y ahora quiero ir a casa con mi esposa y mis hijos", dijo uno de los manifestantes. "Hemos ganado", comentó otro. "La polícía se ha retirado, el Ejército no ha intervenido. El gobierno tiene que ceder", agregó.

Ahora quiere ir a Hua Hin, a tres horas al sur de Bangkok, donde el rey de Tailandia, gravemente enfermo, cumple el jueves 86 años. En ese día, fiesta nacional, son impensables protestas callejeras por respeto al monarca.

En la mañana de hoy la situación seguía siendo tensa. Por orden de Suthep, los adversarios del gobierno iban a tomar el recinto del cuartel de la policía. Pero cuando llegaron allí se encontraron con la sorpresa de que los policías que el día anterior defendían el lugar con gases lacrimógenos apartaron las barreras. "Todo el que quiera puede entrar", dijo el jefe de la policía Khamronvit Thupkrajang. "Estas oficinas pertenecen al pueblo", añadió.

En la sede del gobierno, policía y manifestantes apartaron juntos el alambre de espino. Poco después, cientos de manifestantes irrumpían con alegría en el recinto. Manifestantes y policías se fundieron en abrazos.

El domingo y el lunes más de 100 personas resultaron heridos en los enfrentamientos en las calles tailandesas. Los manifestantes incendiaron un coche de la policía, entre otros. En respuesta, la policía disparó gas lacrimógeno contra ellos.

Tawir Senniem, uno de los organizadores de la protesta, se subió a un camión y anunció la victoria. "No nos han defraudado. Ustedes comparten la victoria con el pueblo", dijo.

El portavoz de la policía, Kissana Phatsanacharoen, explicó el cambio de táctica: "Querían una victoria simbólica y eso es lo que les hemos dado. Hemos evitado un derramamiento de sangre y eso es lo más importante".

Con todo, los manifestantes no han conseguido por ahora ninguno de sus objetivos. Quieren derrocar al gobierno y Suthep volvió a subrayar que no es suficiente que la primera ministra presente su dimisión.

El político de 64 años exige un consejo de transición integrado por tecnócratas que gobiernen el país durante un tiempo hasta que se consiga elaborar una nueva Constitución. Se desconoce quién designaría a esos tecnócratas. Contra Suthep hay varias órdenes de detención en marcha, entre otros por incitar a la revuelta.

La primera ministra Yingluck Shinawatra ha señalado que convocará un foro con académicos para encontrar una solución a la crisis, dijo un portavoz del gobierno.