"La Gran Barrera de coral es una joya frágil del patrimonio mundial", declaró Azoulay en un comunicado.
La Unesco lleva años alertando sobre el estado de este arrecife, amenazado por la contaminación, la sobrepesca y el calentamiento del agua, y en el 2021 recomendó su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
En 2022, elaboró junto a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) diez medidas necesarias y urgentes para proteger la Gran Barrera de coral, que remitió al Gobierno australiano.
Ahora, la ministra australiana de Medio Ambiente, Tanya Plibersek, ha anunciado medidas como crear zonas de pesca en un tercio de la zona de aquí a finales de 2024 y prohibir totalmente la pesca con redes de malla para 2027, reducir el vertido de contaminantes agrícolas e industriales y fijar objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.
"Me alegro de que este diálogo continuo entre nuestros expertos y las autoridades australianas se traduzca hoy en compromisos formales", celebró Azoulay.
La Unesco se comprometió a vigilar atentamente la puesta en marca de las medidas anunciadas por Australia, a la espera del próximo examen del estado de conservación de la Gran Barrera de coral por el Comité del patrimonio mundial, que se realizará el próximo septiembre.