Cientos de manifestantes exigen en Berlín una mayor protección del clima

Cientos de personas, convocadas por el colectivo ecologista Extinction Rebellion, se manifestaron este lunes en el distrito gubernamental de Berlín para exigir una política más respetuosa con el clima.

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Arranca así una semana de acciones en la capital alemana para exigir más compromiso político en la lucha contra el cambio climático a apenas cinco semanas de las elecciones generales del 26 de septiembre, en las que el calentamiento global es uno de los principales temas tras las graves inundaciones de julio, con más de 180 muertos.

La protesta, con una marcha junto al Parlamento y la Cancillería y una sentada frente a la icónica Puerta de Brandeburgo, ha provocado cortes de tráfico e incluso interrupciones de las líneas de metro que circulan por debajo de la zona.

La Policía, que desplegó un fuerte dispositivo en el área durante todo el día, tardó horas en despejar la plaza frente a la Puerta de Brandeburgo.

Los agentes arrastraron uno a uno a los alrededor de 300 manifestantes que se habían sentado en la acera y la carretera.

Solo un pequeño grupo de ellos que se habían fijado al suelo con pegamento de contacto supusieron un contratiempo para las fuerzas de seguridad.

A media tarde local, la sentada y los cortes de carretera habían sido disueltos y la situación era "tranquila", según el portavoz de la Policía de Berlín, Thilo Cablitz.

"El Gobierno quiere impedir a cualquier precio protestas relacionadas con el cambio climático antes de las elecciones", aseguraron en su página web los convocantes.

Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, portaban pancartas con lemas como "Crisis climática = asesinato masivo", "La protección del clima no es ilegal" o "Reducir CO2 o explotar".

"Tenemos delante un dispositivo policial especialmente grande. Tenemos un seguimiento de uno a uno", criticaron los organizadores.

Según la Policía, los manifestantes lograron cortar la circulación de forma puntual en varios tramos del centro.

La convocatoria atrajo a menos personas de los miles de manifestantes a los que aspiraban los organizadores, que querían cortar el centro de Berlín y levantar en pleno distrito gubernamental "tiendas, cocinas y barricadas pacíficas".

No obstante, los convocantes aspiran a cumplir con su programa, con una semana de acampada y protestas en el centro de la capital.