El vicepresidente de la CE para el Pacto Verde: "No tomaré el tren cuando vaya a Madrid"

El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Pacto Verde, Frans Timmermans, reclamó este jueves acelerar los esfuerzos contra el cambio climático pero señaló que no cambiará radicalmente sus hábitos para minimizar su propia huella de carbono si entraña una pérdida de eficiencia en su trabajo.

"No tomaré el tren cuando vaya a Madrid porque si tomo el tren para distancias de más de 500 kilómetros estaría más tiempo viajando que haciendo mi trabajo", declaró Timmermans preguntado por sus propias costumbres en una rueda de prensa sobre lucha contra cambio climático.

El socialdemócrata holandés, no obstante, dijo que sí se notaría una "gran diferencia si tomáramos trenes para trayectos de unas dos horas, como de Ámsterdam a Londres o Bruselas".

Timmermans, gran defensor de emprender acciones contundentes contra la emergencia climática, hizo esas declaraciones en la presentación en Bruselas de un informe medioambiental publicado en Copenhague que reclama acciones urgentes para afrontar la pérdida de biodiversidad, los impactos del cambio climático y el hiperconsumo de recursos naturales si quiere cumplir con los objetivos climáticos fijados para 2030.

"Nuestro objetivo es convertirnos en el primer continente climáticamente neutro dotado de una economía enteramente circular, desplegando nuevas tecnologías limpias y ayudando a los ciudadanos a adaptarse a las nuevas oportunidades de empleo y a las industrias en esa transformación", dijo.

Preguntado si se ha hecho vegetariano para limitar su impacto climático, el vicepresidente de la Comisión Europea dijo que se considera "flexitariano".

"Tengo que hacer cambios en mi vida y aprendo día a día", señaló Timmermans, quien señaló que sus propios hijos le ayudan en ese aprendizaje y que la cantidad de carne que come su familia "ahora comparada con el pasado ha variado".

También el político holandés dijo que escapa a sus competencias actuar para que el Parlamento Europeo suprima su sede en Estrasburgo (Francia) en favor de su sede de Bruselas (Bélgica) y evitar así un desplazamiento regular de 440 kilómetros para las sesiones plenarias.

"Se han buscado alternativas" que han encontrado la oposición frontal de Francia y "por ahora esto no ha pasado", dijo Timmermans, quien recordó que la decisión no está "en manos" de la Comisión Europea sino del Consejo, que representa a los Estados miembros.

"La situación ideal sería que el Parlamento tomara la decisión sobre dónde debería de reunirse. Pero esto no está en los tratados y, como guardiana de los tratados, la Comisión tiene que respetar las reglas", indicó.

Más allá de sus prácticas personales, el vicepresidente comunitario insistió en que es indispensable apostar por una transición ecológica rápida y profunda.

"¿Qué pasa si la gota fría en España no es un evento que ocurre cada cincuenta años sino cada cinco meses?", se preguntó retóricamente Timmermans, quien subrayó que "es muy importante no sólo hablar del coste de la transición, sino también del coste de no hacer la transición", dijo.