La cumbre Net Zero Delivery, programada entre la COP27 que se celebró en Egipto y la COP28, que comenzará en noviembre en Emiratos Árabes Unidos, tiene como objetivo "acelerar el ritmo de las acciones" contra la crisis climática desde una perspectiva "justa e inclusiva".
"En los próximos cinco años, el mundo experimentará temperaturas récord, que se elevarán previsiblemente en más de un grado y medio por encima de los niveles preindustriales", alertó en el discurso inaugural del evento Nicholas Lyons, responsable político de la City.
"Se espera que ese incremento sea solo temporal, pero sus efectos serán duraderos. Por primera vez, seremos testigos de lo que implica la inacción climática", agregó Lyons, que recalcó que esos efectos se notarán en todo el planeta, "no solo en los lugares que pensábamos que serían los más susceptibles a la sequía, los incendios forestales y las inundaciones".
"El momento para la acción es ahora", dijo el llamado alcalde de la City. "Se estima que entre ahora y 2050 se necesitarán 100 billones de dólares (92.7 billones de euros) en inversiones sostenibles", detalló.
El ministro de Finanzas egipcio, Mohamed Maait, señaló por su parte que África necesita en torno a 3 billones de dólares (2,78 billones de euros) en los próximos diez años para hacer frente al cambio climático.
"El incremento de los precios de la comida y la energía, la ralentización económica global, junto con el coste cada vez mayor que provoca el impacto del cambio climático", han agravado la situación, a su juicio.
"La tarea de captar recursos se ha convertido en un reto cada vez más difícil en los últimos años. El incremento del precio de la financiación en los mercados de inversión, influido por la tendencia al alza de los tipos de interés en las economías en desarrollo, ha contribuido a un descenso significativo de la financiación disponible", agregó.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, recalcó que el sector financiero tiene un "enorme papel que jugar" en la lucha contra el calentamiento global y la transición hacia una economía verde.
El rol de la entidad central, argumentó, es asegurar que el sistema financiero es resiliente ante los cambios que provocará la crisis climática.
"La transición hacia el 'cero neto' es un cambio estructural importante que requiere inversiones sustanciales", dijo Bailey, que detalló que, al mismo tiempo, esa transición "puede ayudar a elevar el crecimiento potencial de la economía".