La polémica Ley de Restauración de la Naturaleza afronta el voto final de la Eurocámara

La Ley de Restauración de la Naturaleza, convertida en un símbolo de la tensión entre la protección del medioambiente y el sector agrícola, afronta este martes su examen final en el pleno de la Eurocámara, donde se espera que el texto prospere pero sólo por un ajustado margen.

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Vista general del hemiciclo de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia), en una fotografía de archivo. EFE/Patrick Seeger

La votación, que tendrá lugar a las 12.00 hora local (11.00 GMT) en la sede del hemiciclo europeo en Estrasburgo (Francia), debería ser un mero trámite para confirmar formalmente la negociación política acordada el pasado noviembre entre los Estados miembros -a través del Consejo de la UE- y el Parlamento Europeo.

Pero se espera una votación de alta tensión, espoleada por las protestas de los agricultores contra la agenda verde comunitaria que este lunes han tomado las calles de Bruselas con cientos de tractores coincidiendo con un consejo de ministros europeos de medioambiente celebrado a menos de cuatro meses de las elecciones de junio para renovar la Eurocámara y los altos puestos de las instituciones europeas.

También agrega incertidumbre que cada vez sea más habitual en Bruselas que se reabran pactos ya sellados, después de que en el último año hayan recurrido a esa maniobra Alemania y Francia en distintos expedientes.

La Ley de la Restauración de la Naturaleza pretende acompasar el paso de la UE con los acuerdos sobre biodiversidad de Naciones Unidas, obligando a reparar al menos el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos degradados de la UE en 2030 y todos ellos para el 2050.

El acuerdo entre Estados miembros y Europarlamento recoge, entre otros, requisitos para corregir la pérdida de polinizadores, la obligación de mantener madera muerta en los bosques, no reducir espacios verdes urbanos y eliminar barreras artificiales de los ríos.

La negociación suavizó notablemente la norma, con cláusulas como comenzar la restauración por la red Natura 2000, que la Comisión presente un informe sobre los recursos financieros disponibles y que se puedan suspender las medidas hasta un año por razones de emergencia.
Agenda verde en jaque

No se esperaba que fuera tan polémica, pero la restauración de la naturaleza se ha convertido en un símbolo de la creciente tensión entre el campo y los medioambientalistas.

El avance de la ultraderecha en el hemiciclo europeo que anuncian los sondeos ha propiciado que el líder del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber, haya convertido la Biodiversidad en un caballo de batalla para alejar a los democristianos de la agenda verde, vilipendiada en muchos entornos rurales, pese a que la propuesta parte de la Comisión que preside Ursula von der Leyen, también alemana y popular.

"El mayor reto para los agricultores, especialmente en España, es el cambio climático, no la Ley de Restauración de la Naturaleza", lanza en una charla con la prensa previa al voto el vicepresidente del grupo socialdemócrata en la Eurocámara, el neerlandés Mohammed Chahim.
Voto incierto

El acuerdo debería superar la mayoría necesaria con el apoyo de socialdemócratas, verdes, liberales, izquierda y unos dos tercios de los escaños populares, pero en vísperas de la votación persistía la incertidumbre. Pero con 750 votos en juego de diputados de 27 países, a muchos les bailan los números.

"Si la gente hace lo prometido en las negociaciones, debería de haber una mayoría", señala Chahim.

A última hora, el grupo euroescéptico de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) ha introducido varias enmiendas a lo acordado y esa bancada y la ultraderecha de Identidad y Democracia (ID) han presentado una moción para rechazar de pleno el texto.

Si el Parlamento acepta que se sometan a votación esas tardías modificaciones y prosperan, la norma previsiblemente tendría que volver a discutirse entre los Estados miembros el Consejo.

Según explican distintas fuentes europeas consultadas por EFE, es posible que tuviera que examinarse por el procedimiento de segunda lectura, diligencia que podría alargarse seis semanas y que haría muy difícil que la Ley de Restauración de la Naturaleza pudiera adoptarse antes de las elecciones de junio.