Spinetta, en una entrevista publicada hoy por "Les Echos", consideró que el proceso de fusiones en Europa "está casi concluido" y que la etapa siguiente tiene que venir de cambios en el marco reglamentario internacional que permita a las compañías superar la "dimensión regional europea para proyectarnos en una escala mundial".
A su juicio, ése es el gran reto para el negocio en los próximos años, y por eso se pronunció por la supresión de las limitaciones de toma de control de las empresas europeas por estadounidenses y a la inversa.
"La consolidación es necesaria si se quiere acabar con esta anomalía monstruosa en una actividad de primer plano como es el transporte aéreo (...) que destruye valor año tras año porque está demasiado fragmentada", argumentó.
Contó que en el caso de su grupo, tras la fusión de Air France con KLM en 2004, las dos marcas y las dos compañías tienen que mantenerse porque la Convención de Chicago de 1944 establece que son los Estados los que, en virtud de acuerdos bilaterales, ceden a las compañías de sus países los derechos para operar.
"En consecuencia, nuestra organización es necesariamente compleja. Es la realidad de nuestro negocio", constató Spinetta.
Sobre el plan trienal de ajuste de su empresa para el periodo 2012-2014, recordó que el objetivo es conseguir 2,000 millones de euros, la mitad con la renegociación de los acuerdos sobre las condiciones de trabajo.
Algo que se consiguió en julio con los pilotos y con el personal en tierra y que se ha logrado "estos últimos días" con el personal navegante comercial", indicó.
El objetivo es incrementar su competitividad y restablecer un nivel de rentabilidad operativa entre el 6 por ciento y el 8 por ciento en el horizonte de 2015-2016, cuando su grupo debería facturar unos 25,000 millones de euros.
Spinetta, que cumple 70 años el próximo 4 de octubre, tendrá que dejar el cargo como muy tarde en la asamblea general que se celebre después, y que está programada para abril de 2014.