Cárceles mexicanas padecen sobrepoblación y "autogobierno" de reos

Las cárceles mexicanas se encuentran en una "condición crítica", donde persisten la sobrepoblación, los regímenes de "autogobierno" de los propios presos y las zonas de privilegio, denunció hoy la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

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El presidente del organismo, Raúl Plascencia Villanueva, presentó el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2012, que evidenció pocos avances en materia carcelaria a pesar de que la situación ya había sido denunciada por la comisión un año antes.

La comisión indicó que el sistema carcelario mexicano "atraviesa por una condición crítica, por lo que es necesario establecer un régimen de ejecución de penas que garantice el respeto a los derechos humanos".

La CNDH, un organismo autónomo con financiamiento público, indicó que visitó 101 cárceles regionales, 17 penales federales y tres prisiones militares para hacer el estudio.

"Se pudo establecer que en el 2012 la población penitenciaria era de 239,089 internos", dice el informe, que señaló que esto excede en más de 45,000 personas la capacidad de los penales.

La CNDH indicó que el año pasado aumentó el número de riñas, motines, fugas y asesinatos en las cárceles, con el resultado de 154 reclusos muertos, 103 heridos y 261 fugados.

Además, el diagnóstico arrojó que "en 65 de 101 establecimientos existe autogobierno, cifra que representa 4.3 por ciento más con respecto a la reportada en 2011", además de que en 49 cárceles se detectaron actividades ilícitas, como presencia de drogas, objetos prohibidos, prostitución o grupos de reclusos que ejercen el control sobre el resto.

"Entre los obstáculos que enfrentó el personal de la CNDH está la imposibilidad de recorrer y examinar las cárceles en su totalidad, porque se argumentó que las llaves de los candados de algunas áreas estaban en manos de los internos, además de que algunas celdas estaban cubiertas con cartones o cobijas para impedir la visibilidad", señaló.

Asimismo, la CNDH afirmó que en 81 de las cárceles visitadas "no hay separación entre reos procesados y sentenciados".

La comisión denunció también que los reclusos viven muchas veces hacinados, reciben una alimentación deficiente y no son atendidos correctamente cuando se trata de ancianos, adictos, personas con discapacidades o con requerimientos especiales.