También el ser docente en preescolares es de alto riesgo, pues al trabajar con pequeños que van de los 45 días de nacidos a los cinco años de edad, están expuestos a virus, como gripa o infecciones estomacales.
Además, tienen que estar preparados para enfrentar mordidas, rasguños y berrinches que los infantes hacen al sentirse solos sin sus padres en la escuela.
Pero también tienen que cuidarse de las caídas que pueden sufrir, pues al adornar los salones de clases se suben a escaleras o bancos que si se descuidan pueden incluso fracturarse.
Nallely Rico Dueñas, con una experiencia de 23 años de labor docente en preescolar, e Irma Gabriela Gómez González, están expuestas todos los días a estos riesgos y enfrentar a los padres de familia que difícilmente continúan la enseñanza de buenos hábitos escolares en su hogar.
Ambas coincidieron en que el maestro de preescolar es el que tiene una gran responsabilidad, porque son quienes les dan las bases a menores de cinco años de edad, para el aprendizaje, la convivencia pacífica, de respeto y paz para formar mejores seres humanos.
“Si nosotros no les damos esos valores a los niños, actividades sobre desarrollo social y personal, las reglas y las normas, no tendrán la base para que en el futuro sean buenos ciudadanos y estudiantes", afirmó.
"Si no traen una buena base los niños, si no traen lo básico, es más difícil que sean hombres de bien”, señaló Nallely Rico, quien es licenciada en Educación Preescolar y postulante de la maestría en psicomotrocidad.
Nallely trabaja dos turnos, por la mañana es maestra en el segundo grado de preescolar, en la escuela “Isaac Ochoterena y Mendieta”, en Ecatepec, Estado de México, llega a las ocho de la mañana, pues la entrada está fijada 15 minutos después.
Al concluir su turno, a las 12:30 horas, se desempeña como directora de la escuela “Wolfgang Amadeus Mozart”, de 14:00 a 18:30 horas, en la delegación Gustavo A. Madero, también en preescolar.
En tanto que Irma Gabriela Gómez González es supervisora de la Zona 344, de la Gustavo A. Madero.
Ella lleva 16 años en el servicio magisterial; empezó a los 22 años de edad a dar clases en preescolar, frente a grupo estuvo 14 años y nueve con doble turno; después fue directora cinco años y como inspectora lleva ya tres ciclos escolares.
Ambas maestras de preescolar comentaron que lo que más se les ha dificultado es chocar con la educación en casa, es decir, con lo que se debe enseñar a los niños y lo que traen de sus hogares.
Sobre todo con ideas de la forma de enseñanza que tienen los padres y en afán de ayudar hay contradicciones, sobre todo en conducta, reglas y límites.
Por ejemplo, dijo Irma Gabriela, hay niños que no obedecen hasta que no escuchan el grito, porque están acostumbrados a eso.
Tampoco saben utilizar los muebles, se suben en las sillas o mesas y se tienen que corregir, así como hábitos de ir al baño o de asearse, es decir, “toda la etapa de hábitos es desde edades tempranas”.
Nallely comentó que empezó a los 24 años de edad y lleva 23 dando clases; estudió para educadora porque le gusta la enseñanza y las artes plásticas, y deseaba poder transmitir este conocimiento a niños chiquitos.
Sin embargo, también habló de experiencias que tiene que corregir en los menores, ejemplificó el hecho de un niño que le dijo que quería ser ratero, lo que fue difícil explicarle y convencerlo que no era recomendable ese oficio.
“De una manera muy sutil yo hablo con los padres de familia sobre el tema o la situación que se haya dado y con los niños también platico para orientarlos", detalla.
"En ese caso del pequeño que insistía en ser ratero, les dije si mejor no le gustaría ser bombero, no sé, licenciado, arquitecto, hay muchas cosas que podrías hacer y les das más opciones para que ellos no se encasillen en lo que no es correcto”, expuso.
Otro punto que también señaló, fue el hecho de que se ha dificultado la relación de los padres de familia, porque antes había más respeto hacia el maestro, pero ahora se les da toda la razón a los papás, aunque muchas veces no la tengan.