Importante participación de Gustavo Leal Fernández y Antonio Ruezga Barba en el foro México ante la crisis: ¿Qué hacer para crecer?

Versión estenográfica del foro México ante la crisis: ¿Qué hacer para crecer?, llevado a cabo el miércoles 11 de febrero de 2009 en el Senado de la República con la participación de los doctores Gustavo Leal Fernández y Antonio Ruezga Barba en la mesa donde se trato el tema de Seguridad Social.

El C. Dr. Gustavo Leal Fernández:

Señoras y señores legisladores, señoras y señores invitados, compañeros de panel, apreciable moderador, amable auditorio, amigos todos, es un alto honor para este servidor y para mi centro de trabajo la Universidad Autónoma Metropolitana, haber sido convocados a este relevante foro, celebro que nuestra voz, la de los académicos, forme parte de tan encomiable esfuerzo y contribuya en el nivel de sus posibilidades a localizar soluciones, viables, perentorias y urgentes para enfrentar por la privilegiada vía del consenso y la persuasión los desafíos que hoy pesan sobre nuestra envidiable red de salud y seguridad social.

Señoras y señores, mi intervención será muy breve, lo que yo voy a plantear es lo siguiente, se puede debatir productivamente la salud y la seguridad social sin proponer corregir de raíz su estado actual, lo que voy a plantear es que nuestro siguiente paso como país es reformar las reformas que se han hecho hasta el día de hoy.

Ya desde el año 2005 el actuario Carlos Soto concluyó que un trabajador con un vida laboral de 40 años y cotizando al IMSS cerca de 22 años, apenas podría aspirar a una pensión equivalente al 25 por ciento de su salario al momento del retiro. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es muy sencilla, la tasa de densidad de su cotización sólo sumaría 56 por ciento. Entre otras fallas la Ley Zedillo que privatizó las pensiones del IMSS en diciembre de 1995 e impuso el sistema de ahorro individual soslayó la precariedad laboral, los bajos sueldos, el empleo informal y los periodos de desempleo que impiden a los trabajadores complementar los aportes indispensables para alcanzar una pensión digna.

El diseño de esta reforma Zedillo al IMSS no vinculó adecuadamente el sistema de ahorro con la realidad del empleo que incluye trabajadores que al ganar poco, pueden aportar poco y por tanto no alcanzarán nunca esa dignidad de su pensión.

Por ello remataba correctamente el actuario Soto, el modelo actual de las AFORES, al no incorporar el impacto negativo de la densidad de la cotización ni su efecto en la carrera salarial, proyecta a sus afiliados saldos inexactos que en el mediano y largo plazo están fuera de lo real y lo posible.

Cerrando el 2008 otro actuario, Alejandro Azas, de la UNAM y Francisco Morales de Asesores Actuariales y Asociados, confirmaron el análisis previo del actuario Soto. Ese sistema de cuentas; ese sistema de cuentas individuales que ha sido extendido en este sexenio a los trabajadores al servicio del Estado, apartado d) con la nueva Ley del ISSSTE y también a los de nuevo ingreso del IMSS y de la Comisión Federal de Electricidad, ese sistema de cuentas individuales, no garantiza ni el 20 por ciento del último salario devengado, cuatro salarios mínimos e incluso considerando las aportaciones del SAR 92. ¿Por qué sucede esto? Según el actuario Azar, el problema son los supuestos irreales del modelo con que se reformó al IMSS en 95 y que se extendió en este sexenio al ISSSTE. Esos son los problemas, el modelo, la movilidad salarial, el efecto de las comisiones, las tasas de interés y el nivel de los rendimientos.

Es importante también considerar, como señalaba Morales, que las AFORES, según su opinión, sólo benefician al negocio, pues las comisiones son muy altas, mientras que las autoridades se ponen en el lugar del negocio y no del trabajador al argumentar que no hay afectación del ahorro.

Señoras y señores, el problema son claramente estos supuestos, a lo cual hay que agregar como el corazón del asunto y que poco o nada se discute la propia naturaleza de las cuentas individuales, su estructura de comisiones y sobre todo enfatizaría yo, la intermediación financiera innecesaria que representa.

En suma, señoras y señores, el problema es la modalidad mexicana de la capitalización individual que a diferencia de otras modalidades como por ejemplo la zueca, como modalidad mexicana representa hoy día un riesgo patente que se concretará en no proveer si quiera un nivel de pensión digno.

Ante la clara evidencia que después de doce años todos los que trabajamos de oficio en este tema conocemos, ante la clara evidencia que se ha denunciado sistemáticamente en foros de todo nivel sobre las decisiones de políticas votadas adoptadas en la Ley Zedillo y ahora extendidas en la nueva Ley del ISSSTE, personalmente quedo sorprendido cuando algunos legisladores e intereses legítimos presentes en la arena de la política pública siguen concluyendo que este modelo es viable; señoras y señores yo pregunto, ¿viable para quién?. Incluso hay que decirlo con fuerza, en este mismo foro, el propio Secretario Carstens acaba de sostener que los fondos pensionarios, es una cita textual, no han sufrido minusvalías, y tienen una ganancia. Sólo faltaba que desde la diputación Priista donde brotó la iniciativa de reforma del ISSSTE de marzo de 2007, que nos sorprendió a todos, dado que es un partido en la oposición, ahora se intenten concentrar todas las responsabilidades de este sistema de cuentas individuales en el pésimo manejo de la CONSAR. Esto es inexacto, la CONSAR es el regulador, pero el fondo del problema está en las cuentas individuales o también nos sorprende que incluso el nuevo titular del AFORE-21 consultado sobre las enésimas reformas al SAR, la que propuso el Senador Panista, Guillermo Anaya, apenas en diciembre pasado, cuando se le cuestione sobre el problema que enfrenta el sistema para el retiro, conteste textualmente que no le gustaría entrar en el tema.

Y quisiera yo decir que se pueden encontrar pronunciamientos aún más fuertes, ¿Cómo cuál?, como por ejemplo, el de la actual dirigencia del sindicato del Seguro Social que después de imponer las cuentas individuales a sus trabajadores de nuevo ingreso, ahora sugiere la estatización de los fondos para el retiro, como ocurrió en Argentina, porque hasta el momento las únicas beneficiadas han sido las instituciones financieras.

Miren ustedes, después de que el Sindicato Mexicano de Electricistas anunciara apenas en diciembre pasado un proyecto de decreto para estatizar los fondos de retiro, la que conocemos como Iniciativa Pacheco, la diputada Priista Lorenza Martínez acaba de interponer, hace unos días, en este mismo mes de febrero una iniciativa para frenar el derecho de acción colectiva, la caída del ahorro y en la que ya se contempla establecer una rentabilidad mínima por fondo.

El asunto, pues, señoras y señores, es diáfano, el ciclo de las reformas para el retiro que inició en 1995 y que a pesar de las evidencias que todos los expertos hemos señalado durante años se extendió en este sexenio al ISSSTE al IMSS y a la Comisión Federal de Electricidad, enfrenta un reto supera con creces el diseño original de ese sistema para el retiro, y lo que es peor, compromete profundamente las expectativas que ha depositado la población en ese sistema de cuentas individuales.

Aprécienle ustedes mismos. Sólo para recordar, los ajustes más recientes que están en la superficie de la reforma Zedillo al IMSS. Primero, la reforma del Senador Beltrones al SAR de marzo de 2007, siguió la reforma del Senador Anaya de diciembre de 2008, y ahora, arriba, la de la Diputada Lorenza Martínez, hay enfiladas nueve iniciativas de reforma, pero, señoras y señores hay que decirlo con la contundencia del caso, absolutamente ninguna de estas iniciativas atiende el fondo del problema técnico, la naturaleza de las cuentas individuales y las fallas obvias del esquema mexicano de capitalización. Y quiero subrayar que no estoy ni siquiera considerando las minusvalías por la turbulencia bursátil, que es otro supuesto que está ausente del modelo que me ocupa ahorita, ni estoy considerando las interrupciones laborales y la forma, sobre todo la forma en que han sido administrados los recursos para el retiro desde 1997.

Señoras y señores: Pregunto, ¿se puede debatir, por supuesto para buscar alternativas viables, sin señalar competición lo que está fallando en el estado actual de cosas?, ¿se puede debatir productivamente evitando de principio corregir la raíz de aquello que pesa hoy sobre el esquema mexicano de capitalización individual?, como aún dispondremos de cinco minutos más para realizar propuestas concretas –traigo algunas para esta ocasión honrosa- quisiera terminar esta breve intervención, reflexionando apenas unos minutos sobre el impacto que tendrá en la iniciativa anunciada el 7 de enero, en el marco de las 25 medidas del Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo, y que contempla que los recursos para enfrentar el desempleo sean autoretirados de la propia cuenta individual del trabajador.

Este impacto me parece a mi que no he visto registrado como me hubiera gustado verlo en los medios de comunicación, es un corolario directo de lo que ya nos está costando como país, y sobre todo, le está costando al mundo del trabajo que no ajustemos profundamente el esquema mexicano de capitalización individual.

Era lo colectivo lo que nos protegía, ha escrito el clásico, un seguro obligatorio, garantizado por el Estado, sólidamente soportado en su fiscalidad, y capaz de reemplazar el asistencialismo facultativo.

Todos sabemos que las protecciones eficaces, las que fueron sustentables, las que lograron ser realmente universales se construyeron y reforzaron gracias a la inscripción de los individuos sen titularidades colectivas.

Este proceso fue largo, cubre casi la historia laboral del Siglo XX, hasta el primer choque petrolero de 1973. No nos confundamos y no dudemos, lo colectivo era lo que nos protegía, un siglo de construcción de seguridad social frente a 25 años de un sistema de cuentas individuales que hace agua por todos lados.

Pero el México, a pesar de tener esta conciencia de que lo colectivo era lo que nos protegía, lo que era fiscalmente sustentable, ahora viajamos en sentido inverso; a pesar de que el nuevo aire que Obama busca imprimirle a su más que acosado gobierno en términos fiscales o a los esfuerzos que, por ejemplo, intentan desplegar hoy en día casi todas las fuerzas sociales en un país pequeño, la República Dominicana, pero que está discutiendo el perfil de su futuro, a pesar de todo esto, en México estamos caminando en sentido inverso. Estamos apurando de lo colectivo que nos protegía, y quisiera yo subrayar, que ese viaje mexicano es muy problemático, porque tiende a remitir a los individuos, a sí mismos, reservándoles la tarea de protegerse ellos mismos.

Este viraje mexicano ya no quiere inscribir a sus trabajadores en una regulación colectiva estatal, y hay que decirlo con precisión, propende a privatizar las protecciones, esto es, señoras y señores lo que yo denomino un minimalismo de la protección social.

Y quisiera enunciarlo para que aprovecháramos la importancia de este foro. La estrategia del actual gobierno: vivir mejor, sostiene textualmente la siguiente certeza: los documentos del actual gobierno señalan que si todos tienen un punto de partida igual, desarrollándose bajo las mismas condiciones y con un acompañamiento de políticas adecuado, el nivel de bienestar que alcancen, dependerá sobre todo de las metas y esfuerzos individuales.

¿Se puede sostener esto con seriedad? Detrás de esta certeza, señoras y señores, están el Programa Solidaridad, el Programa Progresa, el Programa Oportunidades, la Estrategia Sexenal Previa Contigo, el multicuestionado Seguro Popular, el Seguro para los Recién Nacidos de esta administración, y las también cuestionadas guarderías y estancias infantiles, es decir, lo que está por detrás de esto, es una ciudadanía emergente del individuo corresponsable.

La medida que he mencionado anteriormente, que los trabajadores autoretiren de su cuenta individual para favorecer su desempleo, señoras y señores, pretende ampliar la capacidad de retiro en caso de su ocupación.

El requisito de tiempo que se establece, y por fortuna, el licenciado Calderón acaba de presentar la iniciativa que ya recibieron aquí, y que tramitarán en la casa del Senado y en la casa de los Diputados y que tramitarán en la casa del Senado y en la casa de los diputados, el requisito de tiempo de permanencia al sistema se reducirá de cinco a tres años para poder realizar retiros en caso de desempleo y se incrementará la cantidad que puedan retirar los trabajadores en casi un 60 por ciento en promedio.

Actualmente pueden retirar hasta diez por ciento del ahorro cada cinco años. Ahora se propone que pueda retirar hasta 16 por ciento cada tres años.

¿Qué es esto? Pregunto yo.

Es el colapso de lo colectivo que nos protegía, porque ahora todos los recursos provendrán del trabajador. El Estado se retira lentamente en una dirección casi crepuscular y sólo intervendrá ampliando la cuota social que hoy sabemos gracias a la iniciativa enviada por la presidencia, alcanza sólo a los 15 salarios mínimos.

El fondo del problema reposa en la estructura y la naturaleza de las cuentas individuales.

A junio de 2008, señoras y señores, de las casi 39 millones de cuentas individuales casi 24 estaban inactivas por no haber recibido alguna aportación el mes previo.

Con un ingreso promedio de 4.1 salarios mínimos, qué puede significar hoy dilatarles la capacidad de retiro a estas cuentas. Casi suena a una broma macabra.

Esta medida, la medida anticrisis de la Presidencia de la República no ataca el centro del problema agudo de nuestro desempleo estructural derivado de las políticas económicas en curso.

En términos estrictos, señoras y señores, esta medida complicará aún más el proceso jubilatorio y las de por sí severas vulnerabilidades del actual SAR se incrementarán.

La ley establece que para tener derecho a la pensión, vejez o cesantía en edad avanzada se requieren 1,250 semanas de cotización. Todo aquello que se retire por concepto de desempleo, de acuerdo a la iniciativa de la Presidencia, impactará directamente disminuyendo el monto total de esas semanas de cotización. Es decir, la iniciativa de la Presidencia terminará en un alargamiento de los años previstos para alcanzar el derecho a la pensión.

Y aún incorporando esta ampliación, en la cuota social por parte del Estado el horizonte, quisiera yo decir, es muy poco prometedor.

Tenemos algunas estimaciones que consideran muy remoto que la cuota que anunció la Presidencia de la República social incrementada de hasta 15 salarios mínimos pudiera siquiera compensar la reducción en la pensión que significa el retiro programado en periodos menores.

Por ejemplo.

En los actuales niveles del salario mínimo de la zona A, sería preciso que la ampliación se elevara de alrededor de 87 a casi 430 pesos mensuales o del 5.5 al 27 por ciento del mínimo.

Señoras y señores, esta medida de la Presidencia de la República no es viable. Con el actual diseño del SAR su estructura de comisiones, las minusvalías y el nivel de desempleo esos retiros parciales reducirán aún más la de por sí comprometida cuantía de la pensión.

Los servicios de salud nacionales no están mejor hoy que como lo estaban cuando aconteció la alternancia política del año 2000.

Por eso decía yo que mi tema es que reformar las reformas es lo que sigue de esta casa del pueblo que es el Senado de la República, como es también la Cámara de Diputados.

Reformar la reforma es lo que sigue, señoras y señores, si de lo que se trata es que como país pongamos a flote la que sigue siendo una envidiable a nivel Latinoamericana red de salud y seguridad social. No tenemos que perder más tiempo.

La pregunta final que formulo yo a este relevante foro es la siguiente.

¿Y cuánto más nos vamos a tardar en ajustar este esquema mexicano de capitalización individual?

La evidencia técnica está sobrada y está a la disposición de todo aquel que quiera consultarla.

Señoras y señores, el entonces presidente del gobierno español, Felipe González, quien también ha participado en este mismo foro, observó en su momento que con los procesos de integración en marcha el margen de maniobra nacional de las políticas públicas se ha reducido.

Felipe González ha hecho una afirmación que yo defiendo porque entiendo que esa reducción del margen nacional para cualquier operador político es un problema severo, como lo podemos apreciar ahora en Obama o en Sarkozy, en Francia.

La receta de Felipe González es importante, él señaló: “Mientras la coordinación macroeconómica es una cuestión táctica, las políticas sociales se han convertido en una dimensión estratégica”. Y ese es el punto.

Me parece muy bien que el secretario Casterns se reúna con el secretario del tesoro norteamericano y trate de coordinar las políticas macroeconómicas. Podríamos discutir la orientación de estas políticas, pero en todo caso no lo cuestiono. Lo que sí cuestiono es que hasta este momento y teniendo encima la crisis que tenemos no veamos la defensa de las política sociales como un espacio estratégico e incluso se acepte mocharle a los trabajadores de la cuenca individual para su futuro retiro, vía una figura de autopréstamo.

Yo agregaría esta frase lúcida de Felipe González que en México tenemos suficiente masa crítica en todos los actores que participamos en esta temática para afirmar con fuerza que las políticas de salud y seguridad social deben ser tratadas integralmente.

No es correcto separar las pensiones de la pensión médica, eso nos ha costado justamente con lo que la ley Zedillo hoy nos muestra como inviable: el sustento financiero y la cobertura universal.

Siempre ha sido mi certeza que una verdadera reforma, señoras y señores, beneficia a más de los que afecta y sobre todo es una buena reforma en la medida en que es capaz de enriquecer con ella a toda la sociedad, porque en los procedimientos democráticos deliberativos nos alcanzan a todos.

Yo creo que esa es la divisa de una reforma profunda, que para ser viable sea políticamente aceptable. Y en ese sentido digo un sí enfático a que sigamos profundizando el debate sobre el sistema de las cuentas individuales, creo que esa es la vía. Pero propongo, y con esto termino agradeciendo su atención, que lo hagamos para corregir de raíz y no seguir entre las ramas.

Muchas gracias.

(Aplausos)

-EL C. MODERADOR, EMILIO RABASA GAMBOA: Agradezco la intervención del doctor Gustavo Leal Fernández, Foro. México ante la crisis. 11 de febrero de 2009. 155 17ª parte cjg.que bajo el título de “Reformar las reformas” nos ha dado un punto de vista crítico respecto a las limitaciones del Sistema de Ahorro para el Retiro Individual, destacando la naturaleza de las cuentas individuales, comisiones, intermediaciones financieras y en general otras características del modelo de la capitalización individual, sin soslayar el impacto negativo del retiro anticipado dado en el marco del acuerdo nacional para la protección del empleo y la economía familiar.

Doctor Antonio Ruezga Barba, quien es coordinador general académico del Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social; catedrático de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán y profesor de tiempo completo del CIES.

Adelante, doctor. Gracias.

-EL DR. ANTONIO RUEZGA BARBA: Muchas gracias.

Muy buenas tardes.

En primer lugar, quiero agradecer la invitación para participar en este foro.

La Asociación Internacional de la Seguridad Social, tiene un lema: “No hay paz social, sin justicia social; no hay justicia social, sin seguridad social”.

Yo agregaría: “No hay democracia, en su sentido amplio, sin seguridad social”.

E iría más: “No hay bienestar, sin seguridad social”.

Y para mí, un Estado no se justifica, si no da bienestar. Si no da un bienestar generalizado.

Y en México, no tenemos seguridad social.

Es importante, es sumamente importante, pero en México no la tenemos.

Tenemos sí, seguros sociales, poderosos, fuertes, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el ISSSTE y otros muchos.

Pero seguridad social, no. No tenemos una cobertura universal, en salud, en pensiones.

Cuando se habla de cobertura universal en pensiones, hay un escándalo.

¿Cómo, alguien que no ha trabajado, que no ha tenido un trabajo formal, puede exigir una pensión?

Hace ya más de 60 años, el año pasado lo cumplió. Que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dijo con toda claridad: “que todo ser humano, por el hecho de ser humano, tenía derecho a la seguridad social”. Y se le debía de dar, necesariamente, la seguridad social.

Para evitar interpretaciones, los organismos internacionales y muchos países y muchos estudiosos, no han puesto claramente la diferencia entre seguro social y seguridad social; y básicamente en lo universal.

En la seguridad social tiene que haber un sistema que garantice la cobertura universal, en salud, en pensiones, en prestaciones sociales necesarias para el bienestar individual y colectivo, que ya lo dice el artículo 2 de nuestra Ley del Seguro Social.

Pero en México no tenemos.

Y el problema serio es que no hemos logrado crear ese valor en la sociedad. Nuestra sociedad puede protestar por muchas cosas, pero es raro encontrar protestas serias, porque no tienen cobertura, por ejemplo, en pensiones.

No hemos generado, no hemos sabido generar ese valor. Creo que lo primero que tenemos qué hacer, es que, desde la primaria, el niño empiece a valorar lo qué es la seguridad social; la importancia que va a tener en el desarrollo de toda su vida. Que crezca con ese valor muy claro.

Porque solamente cuando se tiene ese valor, se va a legitimar o no al Gobierno que está de acuerdo a ese valor.

Solamente cuando se tienen esos valores, se generan los grandes consensos; se genera la participación y se genera —esto y es un sueño— la conciencia. Se genera esa conciencia de exigencia de ese valor. Exigencia que no existe en México.

Estamos a disposición de lo que el Gobierno nos dé. Si es bueno, aplaudámoslo; si es malo, no vamos a decir nada. Probablemente nos vamos a quejar en forma individual.

Por eso yo creo que es el momento de que en México sí exista la seguridad social. Creo que es el momento en que México debemos de dar necesariamente ese paso: crear un verdadero sistema de seguridad social.

Mucho se ha escrito de cómo podría ser este sistema.

Yo, de alguna forma, voy a citar a muchas de estas gentes que han escrito sobre el particular, y voy a resumir muy rápidamente, porque no hay tiempo, cómo debería de ser este sistema.

En todos los países se está imponiendo los sistemas de pilares. Y este sistema, creo que en México podría implantarse, tendría que tener un primer sistema solidario, sin solidaridad no hay seguridad social, y menos en países con las desigualdades sociales y económicas como México.

Entonces un primer pilar solidario, que no, bueno, que proteja a toda la población. Absolutamente a toda la población, y obviamente que no se base en el empleo. Porque el empleo escaso… es escaso, cada vez —yo diría— más escaso. Y la economía e informalidad, o la economía informal, cada día crece más.

Yo recuerdo los escritos de los años, finales de los 70 y los 80, que nos decían: “no nos preocupemos por la economía informal, es algo pasajero; va a terminar”.

En los 90 nos dijeron: “fíjense que no. la economía informal llegó para quedarse”. “Porque no hay la capacidad de generar los empleos necesarios”.

Ahora se nos dice: “fíjense que las nuevas generaciones, probablemente, ni en la economía informal, van a tener cabida”. “Ya no en la formal, ni en la formal, ni en la informal”.

Y, por lo tanto, los gobiernos deben de estar preparados para dar apoyos a los jóvenes, que no van a encontrar trabajo en ninguna lado.

Por lo tanto el sistema de seguridad social del futuro, no puede estar ligado al trabajo. Debe estar, necesariamente, ligado a los impuestos.

La base de sostener este primer pilar que dé una protección general, universal a todos los mexicanos, en salud, en pensiones y en algunas prestaciones básicas, tiene que estar, necesariamente, en el impuesto.

Se han hecho estudios sobre el IVA, y hay ya mucho dicho al respecto.

Creo que así debería de ser. Un primer pilar universal, básico, que le dé a todo el mexicano, salud; que le de a todo mexicano una pensión, algunas prestaciones; pero baso en los impuestos.

Un segundo pilar obligatorio, que es el que tenemos los que tenemos trabajo. Es el del ISSSTE, es del Seguro Social.

Pero yo le haría algunos cambios, o yo propondría que se le pudieran hacer algunos cambios.

Creo que el sistema de reparto debería de seguir vigente. Y creo que también el de capitalización; pero creo que los dos deberían de competir socialmente.

Argentina, en una reforma que hizo anterior a la última, que es de noviembre pasado, así lo puso. Dejó el sistema de repartos solidario, dejó el sistema de capitalización, y les dijo: a competir socialmente.

Y el trabajador tiene libertad de escoger, en el momento que quiera, el que quiera. Dándole la posibilidad cada dos años de cambiarse; si así lo desea.

Pero entonces ya el sistema de capitalización, entre a competir con otro sistema. Y el trabajador libremente va a elegir el que más le convenga.

Y vendría un tercer pilar. El pilar voluntario. Dar el pilar voluntario, dar la posibilidad del que tiene ingresos importantes, que vaya ahorrando para su futuro, pero un pilar que esté muy estimulado, un pilar que no tenga ninguna carga para que verdaderamente genera ese interés en la población. Creo, con un resumen muy fuerte que hice, que eso debería de ser el futuro de nuestro país, con un sistema verdaderamente general, un sistema que verdaderamente sea de seguridad social, que rebase ya los seguros sociales, que nos enfrente ya a una población protegida, muchas de las reformas que estamos viendo, para allá van.

Por ejemplo la pensión no contributiva, generada para toda la población, a veces se dice, es que es un gasto inmenso, buen, es un gasto sin duda, pero yo creo que pocos gastos son mejores que los que se utilizan para el bienestar de nuestra población. Hay países en nuestra América con menos recursos en México que tienen sistemas de pensiones no contributivas no desarrollados, está Costa Rica, está Chile, está Argentina, está Uruguay, está Brasil, con una población con grandes desigualdades parecida a la de México y sin embargo lo tiene.

Quiero terminar, entonces esperando que pronto en México tengamos seguridad social para evitar cualquier problema en cuanto a paz social y que los que verdaderamente estamos orgullosos de tener justifican social y bienestar. Muchas gracias.

-EL C. MODERADOR EMILIO RABASA GAMBOA: Agradezco la ponencia del doctor Antonio Ruezga, puntos de vista muy críticos sobre la ausencia de una seguridad social y sólo existencia de seguros sociales, una seguridad social entendida como cobertura universal, en salud, pensiones, prestaciones sociales y una propuesta de un sistema no basado en el empleo, sino en los impuestos, un sistema competitivo del reparto capitalización y del retiro voluntario.