El coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, informó que el mandatario federal “tuvo notificación del simulacro como todo el personal (…) pero no interrumpió sus actividades”.
De cara a la próxima mudanza que hará el Ejecutivo federal para vivir en este lugar, una vez que concluya el ciclo escolar de su hijo Jesús Ernesto, el vocero de la Presidencia dijo que personal de Protección Civil llevó a cabo una revisión exhaustiva en todas las áreas.
La inspección fue de “todo lo que significa la salvaguarda de las instalaciones, incluso de los posibles riesgos en términos de instalaciones, de electricidad, en fin, todos los servicios que hay aquí”, detalló en entrevista en el patio central del inmueble.
Ramírez Cuevas aclaró que el arribo del presidente López Obrador y su familia al que se convertirá en su nuevo lugar de residencia no implicará mayores restricciones.
“Solo cambian protocolos de seguridad en términos de entradas, salidas, flujos (de personas); Palacio Nacional seguirá siendo un lugar abierto al pueblo de México y a los visitantes extranjeros”, comentó.
Abundó que se llevaron a cabo algunas modificaciones, pues tras una revisión previa se determinó renovar algunos equipos o áreas, como en el Salón Tesorería, donde se acordó colocar alfombra para proteger el piso, ante el uso continuo del lugar, pues es donde se realizan las conferencias de prensa o eventos.
Así, en punto de las 11:00 horas y tras escuchar el sonido de la alerta sísmica, de inmediato y en completo orden, se inició el desalojo de las diferentes áreas y oficinas del lugar.
El simulacro de sismo tiene como objetivo facilitar mecanismos y agilizar tiempos que contribuyan a salvar vidas ante una posible catástrofe, comentó personal de Protección Civil.
Una vez que se inspeccionó todo el inmueble y se determinó que no había riesgo, el personal y los representantes de los medios de comunicación, retornaron a sus áreas y continuaron sus actividades diarias del lugar.