En su análisis económico semanal, el CEESP indicó que las cifras adversas que ha mostrado la economía del país en los últimos meses no pueden atribuirse a factores temporales.
"Es imprescindible que se tomen medidas efectivas a la brevedad para revertir dicha tendencia", consideró la entidad que depende del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
"De lo contrario hay peligro de que el magro crecimiento que la economía ha experimentado en los últimos años y que recientemente se ha debilitado aún más, se convierta en un estancamiento continuado y persistente o en recesión", agregó.
Consideró que de persistir la baja actividad económica y la insuficiente inversión, podría presentarse una inestabilidad macroeconómica, la cual abriría la posibilidad de un "círculo vicioso de estancamiento o recesión", con volatilidad cambiaria y mayor inflación.
El CEESP urgió al gobierno a generar condiciones para la inversión, como el principal motor de crecimiento.
"Se requiere además de un entorno de estabilidad macroeconómica, un ambiente de seguridad para los inversionistas: reglas del juego claras, cumplimiento de contratos, Estado de derecho y seguridad", agregó.
México, la segunda mayor economía de América Latina después de Brasil, depende en gran medida de los ciclos económicos en Estados Unidos, y se encuentra en una fase de desaceleración en línea con el ritmo global.
En 2018, la economía mexicana creció un 2 por ciento y para el presente año, el central Banco de México (Banxico) estima un crecimiento de entre el 0.8 y el 1.8 por ciento.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el 1 de diciembre pasado, ha prometido tasas de crecimiento del 4 por ciento, mediante una política de austeridad y de combate a la corrupción, para destinar más recursos a proyectos productivos.