En un comunicado, la empresa señaló que la decisión se tomó mientras el fabricante valora "los efectos de las políticas arancelarias de EE.UU." y no indicó cuánto durará la suspensión.

Stellantis había previsto inicialmente que el vehículo, una versión del Dodge Charger, empezara a ser producido a finales de este año.

La decisión no supondrá un recorte de los niveles de empleo en la planta de montaje que Stellantis tiene en la localidad fronteriza de Windsor, situada frente a Detroit (EE.UU.), y que emplea a unas 4,500 personas.

La ministra de Industria de Canadá, Mélanie Joly, declaró este jueves que la medida "está obviamente vinculada con los aranceles de EE.UU".

"Seguiremos luchando por los empleos canadienses, para crear nuevos puestos y hacer crecer la economía canadiense", dijo.

Joly informó que habló con el consejero delegado de Stellantis quien le aseguró "que todos los puestos de trabajo de Stellantis serán protegidos y todas las condiciones laborales permanecerán sin cambios".

"Acordamos que continuaríamos las conversaciones de forma positiva con respecto a las inversiones en vehículos eléctricos (VE) en Canadá", añadió.

En abril, Stellantis ya suspendió durante dos semanas la producción en Windsor por los aranceles. Y a principios de mayo, la empresa paró la producción durante una semana por los trabajos para adaptar la planta a la fabricación de nuevos modelos.