El ataque ocurrió durante la tarde-noche del miércoles y tuvo una duración de dos horas tras lo cual quedaron camiones y automóviles atravesados en la carretera federal México-Acapulco, además de los muertos y heridos.
De manera extraoficial se informó de la muerte de dos policías de la policía comunitaria, un cuerpo de seguridad pública reconocido, de conformidad con los sistemas normativos de las comunidades y pueblos indígenas en los estados de Guerrero, Morelos y Oaxaca.
Uno de los fallecidos fue Mario Zamora, quien era comandante de un grupo de autodefensas de su pueblo, así como también militante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero (CETEG) el cual resultó herido en el ataque y murió posteriormente.
A pesar de que los habitantes comenzaron a pedir la intervención de las autoridades no fue hasta casi las 20.00 horas locales cuando la Secretaria de Seguridad Publica Guerrero, dio a conocer que el personal de la Policía Estatal, Ejército Mexicano, Secretaría de Marina, Guardia Nacional y la Fiscalía General del Estado, se trasladaron a la comunidad de Buenavista de la Salud.
El origen de la movilización fue una llamada de auxilio al número de emergencias, donde se advertía de un enfrentamiento entre civiles armados.
"Al atender dicho reporte, un grupo de agentes de la Policía Estatal, al transitar sobre la carretera federal México-Acapulco tuvieron contacto con tres vehículos en los que se trasladaban civiles armados, quienes al notar la presencia de los agentes iniciaron una agresión armada", indicó un comunicado de la Vocería de la Coordinación para la Construcción de la Paz del estado de Guerrero.
La nota señaló que en estos hechos "perdieron la vida dos civiles armados".
Pese a que la comunidad cuenta con la presencia de fuerzas federales y estatales, la ciudadanía teme que se pueda producir un nuevo enfrentamiento en las próximas horas.
El dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido, responsabilizó al grupo criminal "Los Ardillos" del ataque armado, con quienes han mantenido una disputa durante años por el trasiego de droga que los delincuentes realizan por esa región.
El sureño estado de Guerrero ha sido azotado en los últimos años por grupos de la delincuencia organizada, quienes se dedican al narcotráfico y la extorsión y durante 2021 el estado vivió una fuerte ola de violencia.
México tuvo en 2021 otro año violento con 33,308 homicidios dolosos y distintas masacres que azotaron el país y lo tiñeron de rojo pese al ligero descenso de casos frente al año anterior.
Según los datos oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), México registró 33,308 homicidios dolosos el pasado año, un 3.6 % a los 34,554 asesinatos de 2020.