Mexicana escapa de una década de "secuestro emocional" en California

El caso de un secuestro de una joven retenida, golpeada y violada durante una década ha vuelto a sacudir Estados Unidos. Pero en esta ocasión, se trató de un secuestro muy particular, pues la mujer incluso podía trabajar y moverse "libremente" durante su cautiverio, en lo que parece ser un caso de lavado de cerebro o dependencia emocional.

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El presunto raptor secuestró a su víctima de origen mexicano bajo la influencia de las drogas cuando ésta tenía sólo 15 años en 2004 y la encerró en su garaje. A base de amenazas y golpes evitó su huida y el control sobre la víctima era tal que incluso la mujer iba a trabajar.

La obligó a casarse con él y tuvieron un hijo. Diez años después, se atrevió a denunciar su caso ante la policía, pero muchos se preguntan por qué nadie intuyó el martirio por el que la mujer estaba pasando y por qué no encontró el valor para huir hasta ahora.

"Entró en la habitación sola y aseguró haber sido secuestrada hace diez años", contó Scott Fairfield, oficial de policía de Santa Ana, en el sur de Los Angeles, en declaraciones a la televisión estatal. Aseguró que su captor, también de origen latino, la mantuvo en condiciones de total dependencia y la sometió a abusos sexuales, lavándole prácticamente el cerebro. Además borró prácticamente su identidad y le proporcionó una falsa con documentos falsos.

El caso de la joven recuerda a otros casos de secuestros muy largos. Hace un año tres mujeres fueron liberadas de la conocida ya como "casa del horror" de Cleveland en Ohio, donde fueron encerradas durante diez años, golpeadas, torturadas y violadas.

Pero este caso es aún más sorprendente si cabe si se hace caso a los testimonios de los vecinos. "No puedo creerlo", dijo Erika Sanchez, una vecina de 24 años. La víctima y su captor, de 41 años en la actualidad, incluso tenían cada uno su propio coche y la mujer iba a trabajar. "Tenía mucho tiempo libre", contó la vecina al "New York Times". Y añadió incluso un comentario de lo más desconcertante: "La trataba como a una reina".

Pero la verdad parecía ser otra. Según la policía, el hombre de 41 años, que en el momento del secuestro era novio de su madre, la raptó tras una fuerte disputa con ésta e hizo que la joven dependiera totalmente de él. Logró incluso que desistiera de ser libre.

Lo hizo asegurándole que su familia había dejado de buscarla -su madre había denunciado su desaparición en 2004- y la amenazó con denunciar ante las autoridades a la familia mexicana, que al parecer se encontraba en situación ilegal en el país, si se atrevía a volver a casa.

Los psicólogos comprenden que la joven no haya logrado hasta ahora liberarse de su cautiverio. "Había llegado a Estados Unidos seis meses antes", dijo la psicóloga Wendy Walsh a la televisión CNN. Apenas hablaba inglés y estaba totalmente desvalida por lo que una autoliberación le resultaba muy difícil.

Según "Los Angeles Times", la joven reconoció haber intentado huir varias veces, pero en vano. Su ahora marido la golpeó por ello.

La psicóloga dijo que probablemente la joven sufría el llamado Síndrome de Estocolmo, como llaman los expertos al fenómeno que hace que la víctima desarrolle una relación emocional positiva frente a su secuestrador. La joven vivía en un "encierro emocional", dijo Walsh. El secuestrador era "la única persona a la que tenía".

Y sin olvidar que con el hijo en común era aún más difícil liberarse del cautiverio. "Comprendo totalmente que no haya escapado antes", dijo Elisabeth Smart a la CNN. La mujer se había impuesto un autosecuestro. (DPA)