El premio, considerado el "nobel de la gastronomía", al que se presentaron 700 candidatos, se hizo público en el espacio Mas Marroch de los cocineros españoles hermanos Roca en Vilablareix (Gerona, noreste español). Está dotado con 100,000 euros (105,000 dólares) para un proyecto elegido por el ganador.
La chef Binta tuvo que huir de Sierra Leona cuando era niña a causa de la guerra civil (1991-2002); pasó hambre, dio clases de inglés y vendió sándwiches en Madrid para sobrevivir. Y estudió Relaciones Internacionales y Cocina antes lanzarse al rescate de la cocina fulani, punto de partida de sus muchos proyectos sociales.
Viajó con esta tribu para documentar sus recetarios, que luego aplica en sus cenas 'dine on a mat'.
Comenzaron en Ghana, pero la han llevado por medio mundo como ejemplo de que la comida puede ser "una valiosa fuente de diálogo y entendimiento, educación y, también, de prácticas sostenibles", destacó el jurado, presidido por Joan Roca e integrado por prestigiosos cocineros internacionales.
"Gran parte de las cenas son fuente para recaudar fondos que se destinan para proyectos comunitarios. Gracias a esta iniciativa, aproximadamente más de 300 familias de doce comunidades y cuatro regiones de Ghana se benefician", destaca el Basque Culinary Center (famosos centro culinario del País Vasco, en el norte de España).
Binta creó Fulani Kitchen Foundation para capacitar y empoderar a las mujeres y niñas de todas las regiones fulani y ha hecho del fonio (un cereal sin gluten) un medio económico para comunidades rurales a través del cultivo y la exportación.
En la séptima edición del Basque Culinary World Prize, el jurado concedió una mención especial al brasileño Edson Leite por diseñar programas de capacitación culinaria y acompañamiento para jóvenes en busca de oportunidades laborales mediante la Escuela Periférica de Gastronomía que creó en 2012.
En el caso de McMaster, se valora cómo promueve el desperdicio cero de alimentos no sólo en su restaurante Silo de Londres, sino mediante iniciativas como Zero Waste Cooking School, que surgió durante el confinamiento para concienciar a la sociedad sobre este problem