Lo han comprobado y demostrado científicos de España, Italia y Argentina, que han datado cinco refinadas canoas recuperadas en el yacimiento arqueológico submarino de La Marmotta, localizado en el lago Bracciano, a unos 60 kilómetros de Roma, y hoy publican las conclusiones de su trabajo en la revista Plos One.
Todos los restos han sido recuperados a unos 300 metros de la orilla actual y a unos 11 metros de profundidad (8 de agua más 3 de sedimentos), lo que ha permitido la conservación de numerosos restos y útiles realizados en madera, entre ellos las cinco piraguas -datadas gracias a la técnica del "Carbono 14"-, pero también arcos, hoces, cucharas y miles de semillas, explicó a EFE el arqueólogo Juan Francisco Gibaja, investigador principal del trabajo.
Los trabajos de investigación en La Marmotta se suceden desde hace varias décadas y ganaron un importante impulso tras el acuerdo de colaboración que firmaron en 2018 la Institución Milà y Fontanals de Investigación en Humanidades del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF-CSIC), la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma y el Museo delle Civiltà (Roma).
Auténticos ingenieros navales
Algunas de las civilizaciones más importantes de Europa se originaron a orillas del Mediterráneo y durante el Neolítico las comunidades viajaban y comercializaban a través del agua, como demuestran los registros arqueológicos y los asentamientos en costas y en islas.
El investigador italiano Mario Mineo, del Museo delle Civiltà (Roma) destacó en una nota difundida hoy por el CSIC que las canoas sorprenden no sólo por su tamaño, también por la complejidad con la que se elaboraron. "Estamos ante el trabajo de verdaderos ingenieros navales".
Las cinco embarcaciones recuperadas en La Marmotta fueron construidas con cuatro tipos diferentes de madera, algo inusual en yacimientos similares, e incluyen técnicas de construcción muy avanzadas, como los refuerzos laterales; una de ellas se asocia además a tres objetos de madera en forma de "T", cada uno con una serie de agujeros que se utilizarían probablemente para sujetar cuerdas atadas a velas u otros elementos náuticos.
Los investigadores han corroborado que se trata de embarcaciones aptas para navegar en el mar y que son ejemplos "excepcionales" de embarcaciones prehistóricas que requirieron para su construcción un conocimiento estructural y de las propiedades de la madera, además de una mano de obra muy especializada y bien organizada.
Y lo más importante para el equipo científico: las similitudes entre estas canoas y las tecnologías náuticas más recientes respaldan la idea de que muchos avances importantes en la navegación se realizaron durante el Neolítico temprano, así como la "asombrosa" sofisticación tecnológica de las primeras comunidades agrícolas y pastoriles.
Claves para entender la expansión desde Oriente Próximo
Juan Francisco Gibaja observó a EFE que se trata de las embarcaciones más antiguas de Europa del periodo Neolítico (primeros agricultores y pastores) y las únicas recuperadas hasta ahora del Neolítico inicial en el Mediterráneo, y detalló que alguna de las canoas tiene hasta 11 metros de longitud y varios elementos que revelan los conocimientos que tenían aquellas sociedades para construir este tipo de barcos.
"La expansión de las sociedades del Neolítico desde Próximo Oriente por vía marítima se entiende con claridad cuando estás delante de unas embarcaciones tan grandes", manifestó Gibaja, de la Institución Milà y Fontanals de Investigación en Humanidades del CSIC.
El investigador aseguró que este tipo de embarcaciones eran aptas para transportar personas o mercancías "normalmente observando la costa", y se refirió a los experimentos realizados por otros colegas con reproducciones de piraguas idénticas a las que se han hallado en La Marmotta y que han demostrado su fiabilidad llevando 12 remeros y algunos kilos de cereal y obsidiana -un tipo de roca-.
En la investigación, liderada por la Institución Milà y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF-CSIC), han participado la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC), el Museo delle Civiltà (Roma), la Universidad de Pisa y el Centro Nacional de Aceleradores (CNA), en Sevilla, donde se han datado las canoas mediante la técnica del "carbono 14".
Este yacimiento submarino se está convirtiendo en un filón para la ciencia y el conocimiento profundo de las sociedades neolíticas. "Cada día es una sorpresa", indicó Juan Francisco Gibaja, y valoró la calidad y especialización del equipo internacional implicado en el proyecto y la utilización de las últimas técnicas en investigación para conocer al máximo unos restos que por su estado de conservación se pueden considerar "únicos".